Adiós

Solo quería decir que ha sido un placer ser tu
poste telefónico de esquina durante muchos años. Parece que
pronto seré reemplazado, probablemente por el poste joven
que está en el suelo.
Espero ser convertido en muebles o al menos
en palillos de dientes. Aunque tal vez termine siendo quemado.
Mi humo llenando tus pulmones más tarde y dándote cáncer.
¡Ja, ja! De todos modos…
El vecindario ha cambiado a lo largo de los años, pero
siempre he estado aquí, sosteniendo señales de tráfico, cables
eléctricos, cables telefónicos, cables de televisión, una luz y últimamente este transformador.
Las muchas grapas son un recordatorio de las ventas de garaje, los mercados de pulgas y cientos de mascotas perdidas.
Sox, Cinnamon, Poncho y los demás, espero que hayan llegado a casa. Espero hacerlo yo también.
¡Ha sido divertido!
Quizás dentro de unos meses te digas a ti mismo:
«Recuerdo el viejo poste».
Gracias, El Poste de la Esquina.

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