Tara Service fue un personaje de tira cómica, creado por la imaginación y el arte del recordado dibujante humorístico argentino Ferro.
Eduardo Carlos Ferro (19 de agosto de 1917, Avellaneda – 4 de marzo de 2011, Buenos Aires), fue un dibujante y humorista gráfico reconocido como uno de los más importantes en su género en la Argentina.
Colaborador de la revista Patoruzú, le acompañaron otros personajes como Langostino, Bólido, Pandora y Pampa Bárbara, entre otros. ¹
Tara Service, encarnaba a un técnico electrónico «tarado«, medio idiota ², que en cada tira se enfrentaba y chocaba ante situaciones debidas a su propia ignorancia, e ineficacia, y apelaba a soluciones precarias, ridículas, e inevitablemente graciosas; situaciones, dibujadas en cuadros, de un típico «chanta» de la tecnología «atada con alambre». Aunque pudiera despertar en el lector, un cierto sentimiento de empatía hacia el corpulento «service man», caído cada vez, en desgracia y bochorno.
Época dorada de la televisión en blanco y negro, con los avatares de las inestabilidades y desperfectos en la electrónica de los aparatos; comparativamente más imperfecta que con los actuales estándares. Cajas de madera lustrada, y pantallas de tubos de rayos catódicos, que ya se habían ubicado en el lugar más importante de la casa, reuniendo en semicírculo a la familia; ya viendo las noticias, los deportes, el teleteatro, los programas humorísticos, las documentales, los programas ómnibus, los de preguntas y respuestas, y las seriales, favoritas para todas las generaciones componentes del núcleo familiar.
Tiempos de la visita de los técnicos a domicilio, cuando se los precisaba, y a quienes acudía el cliente más de una vez, muchas veces con la duda de si «el tipo» era de confianza, o quizás muy carero; y que fuera recomendado, las más de las veces, por un vecino o pariente. Acudía en su auto o camioneta, munido de una valija, que invariablemente al ubicarse al lado del aparato, ponían en el piso.
Sí… trabajaban muchas veces arrodillados, o a nivel del suelo, mientras a su alrededor estaba el perro o el gato curioso que husmeaba sus zapatos o esa caja de pandora con variados componentes: resistencias, bobinas, válvulas de repuesto, el infaltable tester, el soldador y la resina.
Durante mis primeros cuatro años, debía visitar ocho clientes al día. Con una jornada que me llevaba un promedio de 200 km. Media hora para que quedara reparado. Fue obligación de que el 92% de los llamados quedaran completados en casa del cliente, para lo que tambien contaba si ese primer llamado, requeria una segunda visita. Reparar de rodillas un televisor, soportar la mirada inquisitoria del cliente, apartar suavemente al gatito que jugueteaba con mis cajitas de válvulas o el niño travieso que venía corriendo a tomar el soldador con su mano recién desenchufado… Crean, no era fácil». (Testimonio del Sr. Hugo R. Duque, técnico uruguayo que emigró a Sydney, Australia y trabajó allí en las décadas del 60 y 70) .
Cuando le preguntaban qué tenía el aparato a reparar decía: «son los droftos». Jajaja!!!!
si jajaja , tal cual!!!, yo dejé de hacer domicilios por esa causa; y sino, Siempre, alguna herramienta se te pierde por dedos mágicos!!!!!
Cuál era el personaje que, ante el desastre que hacia en un televisor y ante la consulta del dueño, se enojaba y decía “ahora arreglátelo vó el tilivisor”?
En temas de agua se gasto la «marsopia»,
En temas mecánicos es «el eje trambalador»..
En temas de gas «es la válvula presudizadora»..