Estaba previsto que fuera el primero, pero resultó ser el último de los canales de televisión montevideanos en salir al aire.(¹)
El Canal 5, de televisión abierta, localizado en Montevideo, hoy TNU (Televisión Nacional del Uruguay), oficial del Estado uruguayo, perteneciente al Servicio Oficial de Difusión, Radiotelevisión y Espectáculos (antes Servicio Oficial de Difusión Radio Eléctrica), con una serie de repetidoras y con acceso por TV Cable y satelital, pasó un proceso de formación con gruesas demoras burocráticas que se originaron, al menos, más de diez años antes de su salida al aire.
Según información publicada en «International Shortwave Radio», boletín del International Short Wave Club, Ohio, EE.UU., en su edición de abril de 1940, el S.O.D.R.E. tuvo en sus planes la realización de emisiones experimentales de televisión en Onda Corta, a través de los trasmisores CXA21, en 26,50 Mc/s, CXA22 en 29,50 Mc/s, CXA23 en 43,50 Mc/s y CXA24 en 58 Mc/s, seguramente por medio de televisión mecánica. No se tiene constancia documentada, sin embargo, que dichas pruebas se hayan llevado a cabo.
El 23 de octubre de 1951, el Ministerio de Defensa Nacional fijó las normas que habrían de regir para el funcionamiento de la TV en el Uruguay.
Uno de los impulsores de que el Estado contara con una señal de televisión, fue el pionero Mario Giampietro que en 1943, diera inicio a las experiencias de televisión electrónica, junto con Juan Eugenio Obiol.
En efecto, la revista «Mundo Uruguayo» publicó en 1953 una nota sobre Giampietro titulada: “Podemos tener Estaciones de Televisión pronto, nos dice MARIO GIAMPIETRO, con el subtítulo: “lo que puede hacer el S.O.D.R.E. Y LO QUE PROYECTA LA ASOCIACIÓN S.A.E.T.A” en la que, entre otros conceptos, se lee:
“El primer empujón debe ser dado por el Estado. Al SODRE, habría que procurarle los recursos para instalar un servicio de radio-televisión (Por otra parte, este cometido le fue asignado por la ley de su creación). Y cuando la difusión televisora sea popular –cuando en los hogares hagan mayoría los nuevos receptores con sus pantallas- recién podrán losa comerciantes interesarse por el novísimo sistema de publicidad. Y, por consiguiente, los broadcasters, estudiarán seriamente la financiación de sus propias estaciones. “Pero sabemos que los particulares quizá no esperen dicho empujón. Giampietro «cree que el SODRE puede incluir –en el presupuesto que le votarán- la organización de una estación televisora.
Y a la pregunta de si esa oficialización pudiese ser mirada con ojo torvo por las instituciones particulares Giampietro dice:
-“No, por el contrario. Éstas podrían arrendar horas, espacios, y llenar una programación que, sólo para una compañía, sería fabulosamente cara”.
En 1955, el SODRE firmó un contrato con General Electric, para la provisión de equipos de televisión y pocas semanas después se aprobó el usufructo del Canal 5 para el ente oficial.
En julio 12 de 1955, el suplemento dominical de «El Día» publica una nota titulada, donde se hace mención a estos equipos y se los ilustra con fotografías:
«El S.O.D.R.E instala la primera planta de T.V. en nuestra ciudad».
«Montevideo, una de las capitales mundiales que estaba en franco retroceso con respecto a otras ciudades del orbe, en cuanto a la implantación y al desarrollo de la televisión se refiere, está a punto de cristalizar uno de los eventos más fascinantes en su historial ciudadano.
Después de tanto esperarla, estará a nuestra disposición esta nueva maravilla que afectará, a no dudarlo, el mundo de los espectáculos, la cultura, los deportes y las costumbres en general.
Tal empresa ha debido ser abordada por el Estado y mediante su instituto especializado: el SODRE.
Se justifica este interés del gobierno para proceder a la instalación de la primera teledifusora, si se tiene en cuenta que el acontecimiento de índole netamente cultural y no comercial, hubiera representado para cualquier particular un desembolso superior a los dos millones de pesos, con el antecedente de que en los Estados Unidos no hace aún mucho tiempo que todas las difusoras de televisión estaban funcionando con pérdidas.
Para el SODRE y merced a sus prerrogativas estatales, significa una inversión de $ 760.000, comprendidos los equipos y las instalaciones pertinentes. Por supuesto que tendrán que arbitrarse nuevos recursos para la programación y el personal técnico que asegure el mantenimiento y productividad de la televisión en Montevideo.
Según convenio entre el SODRE y la empresa que realizará las obras, esta última dispone de un plazo de 13 meses para su realización total.
No obstante, la compañía cree lograr tal aspiración en un lapso no mayor de 7 meses, razón por la cual si los trabajos se empiezan este otoño, nuestra población podría disfrutar antes de fin de año de ese prodigio moderno que constituye la televisión.
Según los proyectos de referencia, le planta televisora del SODRE será erigida en un predio ubicado en la avenida Gral Flores entre Larrañaga y el bulevar Artigas, cedido de exprofeso por el Ministerio de Salud Pública.
Según la versada opinión de uno de los peritos del Sodre, cuyo concurso solicitamos para la obtención de esta información, la ubicación ideal que requiere una teledifusora es el centro mismo de la ciudad donde piensa erigirse y tal emplazamiento debe efectuarse preferentemente en zona elevada.
El lugar designado para levantar los nuevos estudios de televisión parece cumplir dichos requisitos debido a una razón de futuro en el primero de los casos, ya que no se puede dejar de tener en cuenta para dictaminar el centro de la ciudad, la extensión vertiginosa que cobra día a día Montevideo. En cuanto a la altura de la zona, donde está ubicado el predio, se eleva a 35 metros sobre el nivel del mar.
En el plan de los trabajos a efectuarse, las obras principales constan de una gran planta destinada a los equipos trasmisores y que será construída debajo de una gigantesca torre de hierro de 25 metros de perímetro.

«En la perspectiva vertical de la fisonomía ciudadana, la esbelta torre de la TV de 210 metros, indicará a la población de Montevideo, y desde muchos kilómetros a la redonda, una avanzada de la ciencia y el progreso». (Foto: Supl. Dominical «El Día», 1955).
Esta airosa torre que alcanzará una altura de 150 metros tendrá en la cúspide una antena de 25 metros, lo que agregado al desnivel mencionado anteriormente totaliza una altura de 210 metros.
Dichos servicios de televisión estarán dotados de los equipos más modernos que se construyen actualmente en los Estados Unidos de Norteamérica.

«Equipo adquirido para las trasmisiones de TV uruguaya y que constituye la última palabra de la especializada industria norteamericana». (Foto: Supl. Dominical «El Día», 1955).
Estarán provistos de una potencia de 26 KW en antena lo que representa aproximadamente el alcance de las estaciones TV. que funcionan en la ciudad de Buenos Aires.
Si bien en la primera etapa de trasmisiones la televisión del Sodre será monocromática, es decir en las diversas gamas del blanco y del negro, el equipo adquirido en USA, viene provisto de los implementos necesarios para trasmitir en colores cuando así se disponga.
El área de servicio de la estación abarcará totalmente los departamentos de Montevideo y Canelones y gran parte de los departamentos de San José, Florida, Minas y Maldonado.

«Localidades del sur de la República, a las que se espera llegue la televisión del SODRE en su primera etapa de realizaciones». (Foto: Supl. Dominical «El Día», 1955).
Como el área de televisión está limitada a las zonas mencionadas, el método posible para propagar la televisión a toda la República consistirá en la erección de los llamados equipos de enlace que permitirían recoger las programaciones realizadas en Montevideo y enviarlas mediante torres a otras más lejanas.

«Las diversas superficies entre los círculos, señalan las intensidades de campo para el Departamento de Montevideo». (Foto: Supl. Dominical «El Día», 1955).
El presupuesto de esta red que cubríría la superficie del Uruguay está calculado en unos seis millones de pesos.

«Cámara para proyecciones de cine que se utilizará en la nueva estación teledifusora de nuestra capital». (Foto: Supl. Dominical «El Día», 1955).

«Aparato para trasmitir placas, imágenes, páginas de obras literarias, obras de arte, etc.»(Foto: Supl. Dominical «El Día», 1955).

«Equipo para contralorear [sic] las imágenes de cada una de las tomas a televisar». (Foto: Supl. Dominical «El Día», 1955).
Una de ellas, y no la menor precisamente, es la que se refiere a hacer más viable la adquisición de aparatos receptores de televisión por parte de la población, que debe ser al cabo, la usufructuaria directa del sistema.
Es conocido por todos el alto costo adquisitivo de dichos aparatos que los coloca al alcance del sector más reducido y privilegiado del público.
En plaza cuestan aproximadamente dos mil pesos cada uno y por consiguiente el número de familias que pudiera adquirirlos sería relativamente pequeño.
Por tal motivo y considerando que la televisión debe ser accesible a la totalidad de la población, entre los planes del SODRE, figura en lugar destacado la importación de diez mil aparatos que entrarían al país libres de impuestos y al tipo cambiario de 1,90 el dólar.
En principio, quinientos de esos receptores de televisión serían distribuidos en escuelas, liceos, universidades e instituciones de carácter cultural.
El resto quedaría a disposición de la población al precio de $800,oo cada uno, incluído en este importe, el de los quinientos donados con fines benéficos. No se descarta la posibilidad de que una parte de los receptores puedan ser abonados en mensualidades lo que ensancharía considerablemente las posibilidades de obtención por parte de la población.
Actualmente una comisión del Sodre se encarga del estudio y programación de las primeras audiciones a televisar y que en la primera etapa se realizaría en un tiempo de dos horas diarias.
Inútil parecería insistir sobre la importancia de tal advenimiento en la evolución constante de nuestra órbita ciudadana ya que la televisión desempeña hoy un papel capital en ta trasmisión de noticias, deportes y espectáculos, trasmitiendo la imagen de los acontecimientos a medida que ellos ocurren.
Se adapta también admirablemente para la enseñanza y la difusión de las artes, la ciencia y la cultura.
Mucho se ha dicho sin embargo acerca de la competencia ruinosa que la televisión representa para la generalidad de los espectáculos.
La práctica en los avanzados países que la han acoplado a sus normas de vida, dice otra cosa: la televisión es una colaboradora del cine, el teatro y los deportes: una consecuencia del progreso que nada podrá detener.
No tenemos derecho a olvidarlo, porque el hombre de nuestros días está trabajando en un mundo nuevo, para perfeccionar y desarrollar muchos bienes generales que, como la televisión, aspiran noblemente a la superación humana en la más amplia de sus acepciones.

Comisión de Televisión: Zavala Carvalho, Osiris Rodríguez Castillo, Diego Errandonea, Francisco Espínola, Lauro Ayestarán, Hugo Balzo. 8 de agosto de 1962. (Foto reproducida en el libro: «Historias del SODRE, por Eduardo Casanova Delfino, escritas por Miguel Ángel Campodónico).
La historia dice que recién en 1963 la televisión estatal será realidad en Uruguay, siendo de impulso privado el lanzamiento de las primeras estaciones de TV comercial en 1956 (Canal 10 SAETA), 1961 (Canal 4 Monte Carlo), 1962 (Canal 12, Teledoce).
En 2013, Canal 5 cumplió 50 años de existencia. Su primera directiva enfatizó la difusión de programas documentales y producciones nacionales.

La vieja antena del Canal 5. Esta imponente estructura metálica de 150 metros de altura fue instalada en 1963 en el predio del edificio del canal, en Bvar. Artigas y Colorado y desde entonces domina el paisaje de esa zona. Está antena se usó hasta 1985 en que el Canal 5 empezó a emitir con la antena que está instalada actualmente en el Palacio Municipal, en el centro de Montevideo. (Foto: Andrea Mazza, en Wikipedia).

A la derecha, la antigua torre del canal 5, desde una azotea cercana, con ropa secándose al Sol. (Foto: «Libertinus» en Flickr).
Otra fuente:
(¹) «Medio siglo en el aire. Cincuenta años de televisión en el Uruguay». Revista «Galería», de «Búsqueda», 25 de mayo de 2006).
Estupendos relatos y comentarios de una època que yo mismo la vivì con avidez dado quela TV fue atrapante. El haber vivido aquellos años de nacimiento y crecimiento de nuestra TV me llena de nostalgia y hasta nuestros dìas que el modernismo de la HD nos hace repensar y volver a admirar aquellos hèroes, Quijotes del nacimiento y desdarollo de este legado que hoy es una realidad estupenda. Gracias a todos. Llenaron un pedazo de mi vida.
Me gustaria saber si hay algun documento del programa «Miscelánea» que se emitia por canal 5 sodre en la decada del 60 y principios del 70, conducido por Paco Espinola, Javier Iturria; Alfredo Zitarrosa y no me acuerdo quien mas.
Muchas gracias
Claudia: Pienso que lamentablemente no debe haber nada!. Gracias por leer el blog y escribir. Los archivos… ¡¡¡Ay, los archivos!!! El patrimonio audiovisual, no sólo de Uruguay, nos ha sido quitado irremediablmente, salvo algunas excepciones. No hubo conciencia de preservar. Así, hoy, muchacho no conoce quien fue Alberto Candeau, de personajes de la cultura, la radio, la tv… Lo que se encuentra son «hojas del otoño» que ha dejado la destrucción del patrimonio, como un vendaval continuo y fatal.
Por lo que se ve en la foto del suplemento del dia la antena de canal 5 debio ser bastante mas alta de lo que termino siendo. Parece como si la hubieran truncado por la mitad. Se sabe porque no se construyo la parte de arriba?
Tengo la información de que originalmente era de mayor altura, pero los técnicos que dirigieron la instalación la dejaron más baja. No recuerdo si por un tema de seguridad.
Eduardo Casanova, autor del libro «Historias del Sodre», en la página. 131,hace mención a dicha torre, con interesantes comentarios y testimonios. Visite: https://issuu.com/pozodeagua/docs/sodre_2__1_