«Sondorito», es el nombre que recibió una colección de pequeños discos de vinilo (simples), de 78 rpm, editados en Uruguay por la firma fonográfica «Sondor«, para el público infantil, en la década de los sesenta.
Eran años en los que el ritual de la familia era poner discos, de tango, de ópera, de jazz, música clásica y popular; en fin, todos los géneros de su preferencia.
Consolas de tocadiscos, o quizá el portátil «Electrófono Philips», en los que había que cuidar la púa y evitar el rayón.
Había siempre un momento en el entretenimiento infantil, que era para los más pequeños de la casa.
El niño tenía en su casa, una buena colección de pequeños discos de 78 rpm, cuyo material físico, era colorido. Los Sondorito, traían además de música y cuentos, un bouquet de colores en su manufactura.
Eran el habitual regalo de cumpleaños de sus amiguitos.
El repertorio abarcaba cuentos y canciones infantiles, interpretadas por figuras artísticas. «Oh! Susana», «La Raspa», «Una tarde fresquita de mayo», «Cyrano de Bergerac», etc.; cantados, por Alberto Closas, Luz Bermejo, las orquestas dirigidas por Horacio Malvicino (Orq. «Calesita»), B. Noriega, etc., entre otros.
Uno de los discos se llamó «Los Continentes», y era parte de una serie denominada «Sondorito en la Escuela». Fue dirigida por Mary y Oscar Casalás, al frente del «Teatro Infantil Sondorito». El año es alrededor de 1961.
Se trata de un relato donde se recrea una trasmisión de radio con un plato volante, sobrevolando los cinco continentes. De cada uno de ellos, un niño toma la emisión y destaca los aspectos sobresalientes de su respectivo lugar.