En 1993, una novedad telefónica se inauguró en el Uruguay. ANTEL, (Administración Nacional de Telecomunicaciones), puso a disponibilidad del público, un servicio de líneas 0900, con ofertas no convencionales, brindados por empresas particulares a través de los servicios telefónicos de la empresa estatal.
Por una tarifa computada por minuto, se podía acceder a ofertas auditivas novedosas, como poder escuchar chistes contados por conocidos humoristas del medio; o escuchar el horóscopo, que aportaba una popular astróloga. Y también la posibilidad de generar vínculos de amistad entre dos usuarios, o en número mayor en «salas».
Lea a continuación un artículo del periodista Jorge Migliónico, en el diario montevideano «La República», del domingo 8 de agosto de 1993. Incluye las viñetas que decoraron la nota.
Asimismo se intercalan algunos audios, del archivo de La Galena del Sur.
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Línea abierta
Servicios distintos para ponerse a tono con lo que sucede en otras partes del mundo.
Discando el 09001234, cualquier capitalino puede acceder a momentos muy especiales desde su propia casa.
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por Jorge Migliónico_____________________________________________________
Sensualidad, humor, amistad, y a veces también sexo en el teléfono montevideano.
Jóvenes y jovencitas, hombres y mujeres, hablan de sus cosas y cositas, se «ratonean» en un Montevideo gris y frío.
El cemento, a veces, por no puede vencer a los individuos en esta época, “más allá de todo» posmodernista y cyber-punk.
El rocanrol continúa en vigencia, pese a que un Rolling Stone ya tiene 50 años y un Beatle, está dos metros bajo tierra. Maracaná, ya fue y ahora los Gun’s enloquecen a los jóvenes del mundo con sus espectáculos en los estadios.
En Uruguay, los políticos tienen barriga y nadie les cree, se sufre por la celeste en las eliminatorias, y en el mundo, Bush y la Thatcher, ambos desocupados, toman té en sus respectivas casas de descanso.
Un «yuppie», se mea mientras compra acciones por su teléfono celular al tiempo que teclea su computador personal, en tanto que, también allí, jóvenes flamean banderas nazis.
Lejos, muy lejos, al sur, en una casa montevideana, alguien levanta el tubo del teléfono y se dispone a hablar y contar sus pro y sus contras con desconocidos, eventuales companías.
09001234
Para ponerse a tono con el resto del mundo, Uruguay incorporó recientemente nuevos y atractivos servicios telefónicos brindados por Antel a un bajo costo.
Entre estos, Fono Humor, propone un chiste diario, narrado por destacados humoristas de Uruguay como Bananita González, Angel Armagno, Joaquín Piñón, entre otros. Esto se puede lograr con sólo llamar al 09001111.
«Fono Humor», con Bananita González. (Archivo Horacio Nigro Geolkiewsky/LGdS).
«Fono Humor», con Héctor Perry. (Archivo Horacio Nigro Geolkiewsky/LGdS).
También, si antes de empezar la jornada, quiere saber como será su día, se puede discar el 09001212 y la dulce voz de la astróloga Verónica Lavalle, le dirá qué le marcan los astros para su signo.
Discando el 09001234, cualquier persona tiene la posibilidad de conversar con otros personajes solitarios, de la noche o del día, y así, dialogar por el espacio de tiempo que quiera, abonando sólo 0,07 centésimo por minuto. Este servicio, llamado Disque Amistad, está causando un insospechado furor, principalmente entre los jóvenes, y mas que buen suceso entre los mayores.
A cualquier hora del día, las veinte líneas habilitadas por Antel están ocupadas por jóvenes quienes buscando hablar, fundamentalmente con personas del sexo opuesto, apuestan al teléfono.
«Fono Amistad». (Archivo Horacio Nigro Geolkiewsky/LGdS).
Cuando coinciden en una misma línea dos personas del mismo sexo, ambos y de común acuerdo, resuelven cambiar de línea para obtener otra intimidad. Discan dos veces el cero y el número de línea que quieran, y así, procuran encontrar una “buena compañía».
Un relevamientro efectuado por LA REPUBLICA, muestra que de cien llamadas efectuadas en diferentes días y horarios, el cincuenta y siete por ciento, pertenece a abonados de la zona de Pocitos, un quince por ciento a Carrasco, Punta Gorda y Punta Carretas, mientras que sólo un ocho por ciento pertenece a diferentes zonas, como La Blanqueada, Malvín Norte, Cerro y la Unión, entre otros.
“SE PONEN MIMOSAS»
Alejandra, de 17 años, residente en La Blanqueada, Gerardo, de 20 años, del barrio de La Unión, Javier, de 17, de Malvín Norte y Gabriel, de 13 años, de Pocitos, dialogaron con LA REPUBLICA, 09001234 mediante, acerca de sus experiencias en el funcionamiento del Disque Amistad.
Para Alejandra, este servicio «está buenísimo» y habla todos los días. Gerardo, en cambio, asegura que llama día por medio y cuando puede. Javier, por su parte, hace poco que lo descubrió y le parece “bárbaro».
Para otros consultados, como Fabián, de 17 años, de Pocitos, su interés está en llamar para conocer a alguna chica. «Yo llamo siempre que estoy sólo, y me gusta hablar con alguna chica.
Conocí hace poco a una, con quien hablé y luego nos encontramos. Antes, ella me dio su teléfono y la llamé a la casa».
Del total de las intervenciones que realizó LA REPUBLICA, el cuarenta y cinco por ciento de los usuarios, son jóvenes entre los 15 y 19 años de edad.
-¿Cómo te llamás?.
-Laura. ¿Y vos?.
-Marcelo.
-Qué hacés Laura, ¿estudiás?.
– Sí, ¿y vos?.
– Yo trabajo.
– ¿Cómo sos?…
– Marcelo ‘balín’…
Irrumpe una tercera voz en escena. Él propone a Laura irse para otra línea.
-Bueno.
Sólo un veinte por ciento de los usuarios tiene una edad entre los 20 y 25 años, y confiesan usarlo a diario cuando están aburridos. Todos coinciden en que el interés principal es hablar con el sexo opuesto. Si se mira desde la óptica adulta, no deja de ser gracioso.
– Hola, ¿quién habla?.
– Pablo, ¿y ahí?.
– Alejandra, ¿cuántos años tenés Pablo?.
– 22, ¿y vos?.
– Yo 17, vos sos un viejo.
“A mí me gusta porque me hago la cabeza. Las minitas ponen voz sensual, y entran como caballo, yo les pudro el marote», confiesa Alejandro de 20 años y luego explica, «es mucho mejor, porque por teléfono como no te ven la cara, se ponen mimosas».
MADRES, COSTOS, NOCHE Y SEXO
Luego de la una de la mañana y hasta altas horas de la madrugada, el público cambia sustancialmente. A partir de allí, los usuarios son mayores y los diálogos son otros.
Conforme para los jóvenes, este servicio se convirtió en una buena forma de comunicación, y barata, padres, quienes pagan generalmente la cuenta del teléfono, suelen no verlo con los mismos ojos.
-¿Quién habla?.
-Virginia, ¿y ahí?.
-Pablo.
-Pablo por favor cortá, vas a ver cuando venga la cuenta del teléfono.
-No jodas más, andáte… hola Virginia?.
-Sí. Qué madre marcona que tenés.
Las noches, las ansias, la soledad, y por sobre todo, el interés por descubrir y descubrirse, trasciende la barrera del teléfono para darle paso a los sentidos. Este diálogo fue registrado pasada la una y media de la mañana entre un joven y una chica.
– Me llamo Daniel y vos?.
– Ana.
-¿Adónde vivís Ana?.
– En Pocitos.
– Yo en el Buceo.
– ¿Trabajás o estudiás?
– Estudio. Estoy en 5º año.
– No te digo el liceo porque no me animo todavía.
– Yo también estudio. No quiero saber en qué liceo estudiás, solo decime cómo estás
vestida.
(Risas)
– Tengo una pollera vaquero y medias blancas.
– A ver, fijáte si no se te corrió la media.
– No…
– Fijáte más arriba.
– No… no la tengo corrida.
– Pero… fijáte bien arriba, subite la pollera.
– La tengo bien subida y no está rota…
– ¿Hasta dónde la subiste?.
– Toda, está remangada.
– A ver, pasá la mano por toda tu pierna a ver si no está rota.
– Así lo estoy haciendo, paso la mano por arriba, por el costado, por adentro y no está rota… ¿Qué hago ahora?.
– ¿Por qué no te sacás la pollera?.
– Bueno… esperá, estoy bajando el cierre, ahora la estoy bajando toda.
– Te la sacaste?
– Si…
El teléfono, la noche, las ganas y la disposición suelen ser los únicos testigos de historias como ésta. Tal vez, ellos, encuentren lo que buscan, o tal vez no. Muchas terminarán como un cuento del más inspirado narrador, otras, simplemente como cualquier historia de amor inconclusa.
«Fono cuentos». (Archivo Horacio Nigro Geolkiewsky/LGdS).

En 2013, el comunicador uruguayo Diego González («Master Chef, Uruguay», «La Mesa de los Galanes, Del Sol FM, 99.5), escribía en su cuenta de Tweeter, el problema que le generó en su ámbito familiar, usar el servicio 0900. Es uno de múltiples testimonios similares.
Por esa misma época, después de la medianoche, salían unas chicas en la tv anunciando un servicio de hot line. LLamame, llamame!, decian con sensuales poses y voz. Una noche un amigo llamo, llamó tres o cuatro veces, en todos los casos no se pudo comunicar con nadie. Frustrado se fué a dormir. El lío vino cuando llegó la cuenta de varias llamadas a Surinam, o Guayana, no recuerdo bien. Lo pero de todo que el se seguía quejando que no había podido comunicarse, no reconocía la estafa. SDS. Gustavo.
» Lo peor de todo», debí escribrir. Y no, no fuí yo, soy demasiado machete, jaja. Realmente fué un amigo del club.