En el número de julio de 1928 de «Radio Revista», Buenos Aires, Argentina, se incluyó el artículo que reproducimos a continuación:
La Transmisión de Operas en la Argentina
El objeto de este artículo es dar a conocer a nuestros lectores los comienzos de la transmisión de las óperas en Sud América, que sin discusión alguna fueron las primeras que se realizaron en forma permanente. La mayoría de los oyentes no están al corriente de las dificultades encontradas en los primeros tiempos, y que fueron resueltas por aficionados, quienes han ido siempre a la vanguardia en los adelantos de la radio.
La transmisión de óperas en nuestro país no es una cosa reciente como muchos aficionados creen; muy al contrario, fue la primera transmisión de broadcasting que se realizó en Buenos Aires gracias al esfuerzo desinteresado de un núcleo de aficionados argentinos.
Las instalaciones -actuales del Teatro Colón son de reciente creación y fueron realizadas por la Municipalidad de acuerdo con el pedido unánime de todos los ciudadanos, del cual nos hicimos eco en nuestras páginas durante mucho tiempo.
En el año 1920 la Compañía Lírica de óperas que acostumbraba a venir al teatro Colón, por cuestiones administrativas efectuó su temporada en el teatro Coliseo.
En esos tiempos la radiotelefonía de aficionados estaba en sus comienzos. Un pequeño grupo de entusiastas efectuaban comunicaciones radiotelefónicas con aparatos transmisores con chispas de alta frecuencia.
En el año 1919, utilizando lámparas francesas de recepción traídas al país por el Dr. Susini, fué construido por el señor Ignacio M. Gómez el primer trasmisor a válvulas de aficionados que funcionó en Buenos Aires de una manera regular, pues hasta la fecha sólo se habían realizado experiencias aisladas, pero sin efectuar transmisiones regulares para formar lo que actualmente se denomina “rueda”.
El pequeño transmisor constaba de tres lámparas de recepción francesas, alimentadas por la corriente de alumbrado de 440 volts.
La transmisión era sumamente nítida y el alcance de 300 kilómetros, según pudo comprobarse posteriormente.
A iniciativa del Dr. Susini se formó la Sociedad Radio Argentina, con fines de investigación y de estudio, de la cual formaron parte los Sres. Susini, M. Mujica, L. Romero, C. Guerrico e I. M. Gómez.
Se insinúa la posibilidad de transmitir las óperas que se representarían ese año en el teatro Coliseo y, con ese fin, se hicieron algunas experiencias en la estación “I. G.” del Sr. Gómez, con un micrófono de los usados para los sordos, el cual demostró una sensibilidad excelente, pues se pudo escuchar con toda claridad todos los rumores exteriores y el canto de un gallo de una casa vecina fué transmitido con toda perfección y escuchado por el resto de los experimentadores.
Seguros ya del éxito que coronarían los esfuerzos usando estos rudimentarios accesorios en la construcción del transmisor, estos entusiastas de la radio comenzaron activamente los trabajos para la instalación de la primera estación del mundo que debía transmitir regularmente programas teatrales.
En la noche del 25 [sic] de agosto de 1920 fué transmitida por primera vez la ópera “Parsifal”, dando una nota sensacional por cuanto no se tenían antecedentes de un hecho análogo y siendo la primera vez que se transmitía una ópera por radio.
La primera estación no era nada perfecta, pues apenas si era igual a la que actualmente posee cualquier aficionado.
Su construcción puso a prueba más de una vez la perseverancia y generosidad de sus constructores, pues cada uno aportaba los materiales que estaban a su alcance.
No había entonces en el país casas que se dedicaran a la venta do aparatos y accesorios como en la actualidad, de modo que la más pequeña instalación traía aparejadas todas las dificultades inherentes a la falta de los elementos más necesarios.
Usáronse al principio dos lámparas francesas de recepción, con 440 volts en placa; la modulación se efectuaba en la grilla y el micrófono mencionado más arriba se colocó en una bocina puesta en el paraíso.
Luego se cambiaron estas lámparas por otras del tipo R S 5, de 5 watts, cambiándose la modulación por la de placa.
La antena formada de 2 hilos tendidos entre el Coliseo y un edificio próximo daba un alcance bastante grande.
El circuito elegido, después de varios ensayos, fué el inductivo de tres bobinas o sea el que ahora se denomina Meissner.
A principios de 1921 se modificó bastante la estación, usándose entonces dos lámparas do 50 watts, una moduladora y otra osciladora, con circuito de amplificación de micrófono, notándose entonces una notable mejora en la claridad de la transmisión.
El problema de la elección del micrófono debió solucionarse conjuntamente con el que entrañaba la colocación en el mejor punto de la sala.
Durante la primer temporada el micrófono, como hemos dicho más arriba, estaba colocado en las galerías del paraíso, pero posteriormente fué instalado a un lado del escenario y sin bocina.
Durante el año 1922 la estación del Coliseo tenía un alcance de más o menos 600 kilómetros, que naturalmente para esa época era algo extraordinario, pero que ahora nos hace sonreír.
Las transmisiones de la Sociedad Radio Argentina desde el teatro Coliseo fueron las que realmente dieron un impulso enorme a la radio afición, no solamente en la Argentina, sino también en los países limítrofes.
La energía de la famosa LOR, que transmitió varias temporadas de óperas, fué aumentada paulatinamente hasta 1 1/2 kilowatts, con cuya energía realizó las últimas transmisiones de ópera.
Algún tiempo después, los espectáculos del teatro Colón fueron transmitidos por la LOX, Radio Cultura.
El interés del público inalámbrico por las transmisiones del Colón fué en aumento de día en día y pronto se vió la necesidad de que estas transmisiones fuesen realizadas por una estación que fuera propiedad de las autoridades.
Nuestra voz se alzó desde un principio para ayudar en su justo pedido a todos los aficionados a los buenos programas de óperas.
Después de muchas deliberaciones fué aceptado por la Municipalidad un proyecto de instalar una estación que fuese digna por su potencia y claridad de transmitir la ópera lírica del mejor teatro de Sud América.
Llamóse a licitación, a la que se presentaron varias compañías extranjeras y nacionales, para la construcción de la estación. La licitación fué adjudicada a la Standard Electric, que proponía instalar una estación de 5 kilowatts similar a las que actualmente funcionan en los Estados Unidos.
Durante el año pasado fué terminada la instalación y se dió comienzo a las audiciones durante la temporada lírica.
Las primeras transmisiones adolecían de algunos defectos que lógicamente se presentan al principio y que han sido subsanados. Actualmente la L O S es la estación de mayor potencia y su modulación es muy buena.
Aunque la potencia de la nueva estación y su claridad son excelentes, los aficionados viejos recuerdan con simpatía las primeras transmisiones de ópera realizadas desde el teatro Coliseo, que en sus tiempos fueron las mejores que se escucharon.
La claridad de la transmisión era tan buena como las mejores de hoy en día; pero naturalmente la potencia dejaba bastante que desear, pues cuando llegaba alguna carta comunicando que se recibía a más de 600 kilómetros, era recibida con sorpresa.
Hoy día la LOS se escucha a más de 1.000 kilómetros con facilidad y todos los habitantes del territorio argentino y muchos países sudamericanos pueden gozar de las transmisiones líricas del mejor teatro del hemisferio austral.