«El S.O.D.R.E. hace T.V.», (Gaceta Universitaria, Uruguay, 1963).

El canal estatal de televisión uruguaya, Canal 5, del entonces Servicio Oficial de Difusión Radio Eléctrica (hoy Televisión Nacional de Uruguay) , inició su transmisión el 19 de junio de 1963. Sus estudios están ubicados sobre Bulevar Artigas 2552, esquina calle Colorado, Montevideo¹

En el número 27,  de agosto de 1963, la Gaceta de la Universidad, editada por el Departamento de Publicaciones de la Universidad de la República, Montevideo, Uruguay, con dirección a cargo del Dr. José B. Gomensoro y actuando como Secretario de Redacción, el Sr. Manuel Martínez Carril, (a la postre alma mater de Cinemateca Uruguaya, hasta su fallecimiento en 2014), dedicó uno de sus artículos a las entonces recientemente inauguradas emisiones televisivas por parte del Estado uruguayo.

Reproducimos el contenido de la nota:

El Canal de Televisión del S.O.D.R.E. funciona dentro de unos grandes galpones de chapa y ladrillos sin revocar, con andamios aún apoyados en los rincones y un desmantelamiento de mobiliario casi total. Mientras funcionarios friolentos circulan por los corredores y se notan síntomas de actividad tras las puertas de la cabina de controles, un receptor en el hall recoge la transmisión del día ante un puñado de silenciosos observadores. Si este cuadro, recogido poco antes de la inauguración oficial, no ha cambiado mucho,lo primero que se pregunta el visitante es en qué situación se halla y con qué posibilidades cuenta la televisión del Estado en nuestro país.

El empuje que se produjo alrededor de 1950 por poner en el aire el canal —comenzándose los estudios y comprándose los equipos  poco después— entró prontamente en una etapa de sucesivas postergaciones. Y aunque la penuria económica continúa siendo fuerte en la actualidad, pudo más la tenacidad con que algunos hombres se propusieron, contra viento y marea, iniciar las actividades de una vez.

Con todo, la falta de recursos impide abordar la mayor parte de los proyectos existentes. La partida total de sueldos, por ejemplo, no llega al doble de lo que gana un solo locutor comercial de éxito en un canal privado.

Y sin embargo hay datos que inclinan a un pronóstico optimista. Uno de los que más se destaca es la ausencia de vicios burocráticos en este organismo. Sólo trabaja en Canal 5 personal a contrato, con sueldos por cierto escasos, y elegidos sin intervención de la Comisión Directiva del S.O.D.R.E. Incluso quienes antes eran funcionarios del Instituto debieron renunciar a su carrera administrativa para entrar en el Canal. Otro rasgo poco frecuente es la falta de grandilocuencia en la conducta de los encargados de esta iniciativa.

La inauguración se preparó silenciosamente, precedida de algunos meses de transmisiones experimentales, y actualmente se trabaja con eficacia y cautela, con plena conciencia de estar experimentando con una forma de divulgación nueva, de enormes posibilidades, pero para la que un organismo oficial debe encontrar un estilo propio, serio y ameno al mismo tiempo.

De modo que si el vehículo de la televisión oficial todavía no camina a plena velocidad, su motor se encuentra sano y en marcha. Una pieza importante dentro de esta estructura es la de su director, Justino Zavala Carvalho. En una larga conversación transcurrida entre estudios enormes, oficinas improvisadas y demás dependencias del local, se explayó sobre los proyectos, posibilidades y dificultades que ve en la empresa.

Entre los fines de carácter general está, desde luego, el de la difusión cultural en un sentido amplio, tal como la ha practicado el S.O.D.R.E. desde su fundación. Los aficionados al cine ya han tenido la satisfacción de sentir, sin duda, como Jean Renoir llegaba al gran público gracias a Canal 5, a través de películas como La Marsellesa, o La Gran Ilusión. Pero hay otro propósito además de éste, al que también se presta mucha atención, y que quizá no le ceda en importancia. Se trata de lograr que, a través de la televisión, “el país se conozca un poco mejor a si mismo”.

La actividad informativa, particularmente, se piensa enfocar en este sentido. Antes que «la noticia al instante”, se buscará transmitir “el significado de la noticia“. Así, cuando se inaugura un puente, dice Zavala Carvalho, más que los aspectos formales del acto nos interesará explicar concisamente, por medios visuales, la importancia que ese puente pueda tener desde el punto de vista económico, social o turistico; la función total que habrá de cumplir en la zona donde se le construye. La noticia se dará así vinculada a lo vivo y humano, y a sus consecuencias prácticas sobre la vida de aquellos a quienes afecta. Y no sólo con la información sino a través de diversos tipos de programas, se buscará divulgar los aspectos salientes de la actividad nacional en lo que se refiere al arte, la cultura, la ciencia, la docencia “y aún el deporte”.

Pero hay otros propósitos que, aunque un poco más lejanos, también ocupan la imaginación de los directores de Canal 5. El que parece de más factible concreción es el de la televisión educativa. En el extranjero existe abundante experiencia en este campo, que aquí se ha estudiado con atención. Pueden darse al niño, en su casa, programas en los que aplique en forma de diversión los conocimientos que va adquiriendo en sus centros de enseñanza. Pero existe también la posibilidad de organizar circuitos cerrados entre gran número de escuelas, transmitiendo para ellas programas especiales, de tal modo que la televisión se integre como un elemento más en el aula, a disposición del maestro y al servicio del niño.

La existencia de locales escolares equipados de esta manera hace también posible la organización de “teleclubes”, como los que se han difundido con gran éxito en Francia y Japón.

Con programas especiales dirigidos a zonas restringidas, y presentando a menudo estudios de problemas regionales (por ejemplo,sanitarios), seguidos de debates, se ha logrado en aquellos países despertar nuevas formas de vida comunitaria, aprovechando un elemento como la televisión, al que se reprocha con frecuencia justamente el ser desintegrador en
ese sentido.

Por último, en un plano más concreto, también existen planes de expansión. Se ha previsto la instalación de tres canales (en Montevideo, el litoral y centro del país) para que la televisión del S.O.D.R.E. tenga completo alcance nacional. Y también para que el medio rural pueda contar con una programación que atienda sus intereses, necesidades y problemas. En el predio de Br. Artigas y Colorado por otra parte donde hoy sólo funciona la televisión— se ha pensado construir con el tiempo una planta centralizada para las diferentes actividades del S.O.D.R.E.

Al salir del Canal 5 la estructura metálica de la antena impresiona con su tamaño: un simulacro de Torre Eiffel, surgiendo directamente desde el pasto. Es la más alta y poderosa de Montevideo. Es de esperar que su canal no se le quede atrás.


Fuente:

  • EL SODRE HACE T.V.  Por Raúl C. Gadea (Fotos de Mario Tolosa).
Gaceta de la Universidad Nº 27
Fecha de publicación : ago-1963
URI : http://anaforas.fic.edu.uy/jspui/handle/123456789/36281
Aparece en las colecciones: Gaceta de la Universidad (1957-1973)

Facultad de Información y Comunicación – Instituto de Comunicación | Seminario de Fundamentos Lingüísticos de la Comunicación | anaforas@fic.edu. (Visto en 12 de julio de 2017.

Agradecimiento:

  • Yrag Mornas, Montevideo, Uruguay.
Esta entrada fue publicada en 1963, Documentos, Investigación, Los principios, Montevideo, Notas de prensa, Televisión, Uruguay y etiquetada , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

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