El 15 de octubre de 2013 se cumplen exactamente 100 años de una circunstancia que nos atañe a todos los que cultivamos la radioafición. Y especialmente a los radioaficionados argentinos.
Un dia como hoy, el entonces Vicepresidente de la Nación a cargo de la Presidencia (¹), Don Victorino de la Plaza firmó lo que constituye el otorgamiento de la primera licencia de radio a un entusiasta experimentador de esa época.
El Ing. Teodoro Bellocq aplicando sus conocimientos de radio instaló una estación completa en su casa de la Capital Federal, para comunicarse con su casa de fin de semana ubicada en San Isidro.

Teodoro Bellocq. (Foto cortesía Radio Club Argentino, LU4AA)
El Ing. Bellocq, respetuoso de las incipientes leyes y reglamentaciones que por aquel entonces intentaban regír las comunicaciones inalámbricas, ( llamada telegrafía sin hilos), solicitó la autorización pertinente al Gobierno Nacional, el cual se expidió promulgando el siguiente decreto:
«El Vicepresidente de la Nación Argentina –
DECRETA:
Art. 1º -Autorízase a D. Teodoro M. Bellocq, para establecer dos estaciones corresponsales de radiotelegrafía, compuesta cada una de aparatos transmisores y receptores y sus correspondientes antenas, con las siguientes características; bobina de inducción de 15 mm de chispa; montaje de ondín; alcance máximo de 50 Km; longitud de onda 150 m; energía máxima empleada 300 watts; recepción por inducción por detectores electrolíticos y a cristales.
Art. 2º -Concédese esta autorización por el término de seis meses, con la condición que el uso de la misma no perturbará el funcionamiento de las estaciones de servicio público y sin perjuicio de la inspección oficial de los ensayos, cada vez que se juzgue oportuno.
Art. 3º -Las estaciones de referencia se instalarán en esta Capital, Boulevard Callao Nº 1600 y en San Isidro, Quinta conocida con el nombre de «Valparaíso»; si para ello se contase con el correspondiente permiso de los propietarios de dichos inmuebles.
Art. 4º -Comuníquese por nota a los Ministerios de Guerra y Marina, publíquese, dése al Registro Nacional, repónganse los sellos y archívese.
PLAZA – Indalecio Gómez».
Resultan interesantes los detalles técnicos consignados en el artículo 1º: la bobina de inducción que originalmente decía 15 metros de chispa, sin duda un error de abreviatura o de imprenta, ya que debía ser 15 milímetros, correspondiente a una tensión aproximada de 15.000 volts.
- El montaje «ondin» debía ser autotransformador (denominado ondín). El alcance máximo se fijaba en 50 Km, cuestión convencional y que lógicamente debía escapar a la voluntad del usuario; longitud de onda dice 150, sin expresar que era en metros; energía máxima 300 watts quiere decir que empleando una batería de 6 volts, consumiría 50 amperes, lo cual es excesivo, sin duda debería emplear un transformador sobre 220 volts que representa un consumo de 1,3 amperes: «recepción por inducción» querría decir acoplamiento inductivo y los «detectores electrolíticos y a cristales» se refiere a los primeros rectificadores tipo Wehnelt y galena, respectivamente.
- El artículo 2º expresa que la concesión para instalar estos equipos era provisoria y de carácter muy precario.
- El artículo 4º parecía señalar un exceso de precaución con relación a la defensa nacional, ya que se daba intervención por nota a los ministerios de Guerra y Marina. Sin embargo, resultó justificada, ya que pocos meses después de expedido este decreto, se declaraba la Primera Guerra Mundial.
Estos primeros experimentos radioeléctricos, fueron efectuados dentro de las normas lega!es por un experimentador, que durante tantos años continuó en su afán de perfeccionar la técnica radio-eléctrica cimentando las bases de la radioexperimentación radioelectrica argentina, que en estos momentos evocamos rindiendo tributo a su memoria.
Han pasado 100 años de la fecha en que el Estado Nacional reconoció y sentó la base fundacional de nuestra actividad.
En ese lapso de evolución, tanto tecnológica como administrativa, hemos visto transcurrir una serie inmensa de eventos, amigos, progresos y hallazgos.
Nos han acompañado las más diversas aventuras y los mejores momentos de un hobby que nos congrega a diario. Hemos experimentado y paladeado el sabor de ensayar, probar y construír nuestros propios elementos a partir del estudio y la investigación.
Hemos padecido los azares de la propagación y sus misterios. Pero seguimos aqui, con el mismo espiritu inquieto que habrá tenido Bellocq hace una centuria.
Echemos a volar entonces un párrafo de nuestra memoria para celebrar este siglo que se cumple, evocando a sus cultores y valorando que somos titulares de una señal distintiva que nos incluye en una actividad, la que a partir de hoy ya podemos considerar centenaria, y que nos acompañará por siempre en el éter.
73 de Juan Carlos Parra LU9DO.
¹ El 1º de octubre de 1913, Dn. Roque Sáenz Peña solicitó una licencia a su cargo por razones de salud –moriría menos de un año más tarde el 9 de agosto de 1914, sin haber reasumido el cargo– por lo que el vicepresidente Victorino de la Plaza se hizo cargo del gobierno y reorganizó su gabinete en febrero del año siguiente. Indalecio Gómez ocupaba el cargo de Ministro del Interior.
Fuentes:
- «Historia de la Radioafición Argentina», Augusto Osorio LU2AO [SK]
- Daniel O. Sanchez, LU2DP
- Marcelino Jorge García, LU7DSU.
- Noticia en el muro de Facebook del Grupo Argentino de CW, por Marcelino Jorge García, LU7DSU.