Sueños de radioaficionado, de un 26 de diciembre, ya cumplida la Navidad.

Resultado quizá de una cena navideña, con digestión algo lenta y una imagen disparadora de algún video que vi en Facebook. (No lo sé, quizá lo vi, no recuerdo bien, o quizá lo sintetizó mi corteza cerebral), tuve anoche un ensueño, o sueño (nada que ver con soñar en el sentido de añorar algo que no se tiene, como un transceptor de última generación, etc), más bien una pesadilla.

Lo que vi, en algún tercer o cuarto sueño, hace unos días, o mejor dicho algunas noches, fue una antena tribanda, tipo Yagi, colgando de una torre como las que los radioaficionados erigen para su estación. Estaba en lo alto de un edificio de muchos pisos. La veía desde abajo, como pasando en un automóvil.

Dirigí la vista a ella porque alguien dijo, «mirá como se balancea, está sostenida nada más que por el cable coaxial». Y ahí terminó la primera parte.


Anoche, volvió ese sueño en el último instante de las horas nocturnas, ya del 26 de diciembre. Otra vez vi esa antena, colgando peligrosamente, en la azotea del edificio.

El sueño continuó. Vi que estaba próxima al gran brazo de una enorme grúa de construcción.

La antena se desprendió, de repente, y cayó en varias partes, produciendo un estruendo al ver caer sus elementos a una avenida próxima a mi ubicación, casi detras de una esquina, allá a lo lejos, unas cuadras nomás.

Me preocupé, porque el desastre fue mayúsculo, pensé. Caminé, vi partes en el suelo, partidas, sueltas, como la baliza, que yacía sobre el piso.

Ya estaba en una plazoleta, donde, parecía que nadie había resultado lastimado. Y en un carrito de vendedor de diarios, vi la contratapa de una antigua y conocida revista de radio. Vi su carátula, era una Revista Telegráfica, de 1928 o 1929.

Avido por ese material bibliográfico, como lo estuve desde siempre, tan valioso por su gran valor documental, sus ilustraciones, sus páginas de contenido histórico, traté de tomarlo para mí. Sí, sustraerlo, sin que nadie se diera cuenta.

Pero desistí inmediatamente, pues me di cuenta que esa revista no era para mí. Era para un militar, a quien ví ahí. Un coronel o similar, que estaba parado y hablando, y que me ponderaba sobre esas antiguas páginas, amarillentas pero bien conservadas. 


Al dormir el cerebro continua trabajando sobre los estímulos recibidos en el día y los sueños son la puerta de acceso al subconsciente. Si bien no se sabe concretamente que causa las pesadillas, sí que hay determinados factores que las favorecen. Es que el cerebro utiliza las pesadillas durante el sueño como una manera de dar respuesta a los que se vive y se siente durante la vigilia.

….

Comer mucho a la noche antes de ir a la cama puede llevar a que no se haga bien la digestión y ello cause malos sueños nocturnos. ¹


[Edit]. [Actualización] El video existe. A las pocas horas de publicado este relato, encontramos el registro que testimonia el edificio y la antena. Fue filmado por nuestro amigo radiómano Victor H. González, y publicado en 24 de diciembre de 2017. .

 

Víctor, amplía este comentario: «…cuando la vi la primera vez pensé exactamente eso que decis…yo paso por ahí cada vez que vuelvo en tren a mi casa desde capital, después de trabajar. Asi que un día, mirando los fierros de la alta tensión, la vi la primera vez. Y como no tenia el celu encendido, la filmé en días subsiguientes. A veces está de punta apuntando fuera del paredón del frente del edificio». 

Resulta interesante, como mi cerebro sintetizó una pluma de grúa, donde en la realidad existen otras antenas o mástiles próximos a esa ubicación.

 

Esta entrada fue publicada en 2017, Humor radiotelefónico, La Galena del Sur, Radio Aficionados, textos y etiquetada , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a Sueños de radioaficionado, de un 26 de diciembre, ya cumplida la Navidad.

  1. Gustavo Angelero dijo:

    Se ve que no soy el único en observar las azoteas, por años, me divertía mucho ver como la gente se ingeniaba para hacer antenas de tv, desde el tubo lux con un cable a cada extremo, hasta la ruedas de bicicleta, a modo de dípolo , pasando por modificaciones varias a antenas comerciales. Lo que nunca vi, y entraba a muchas casas, ya que reparaba televisores, fue la famosa papa con dos agujas de tejer. Lástima no haber tenido una cámara en esa época, tendría una colorida galería.
    Abrazo.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.