Durante el período comprendido entre los años 1920 a 1925, cuando las estaciones estaban interesadas en saber quienes les estaban escuchando y qué pensaban de la programación, los comentarios de los escuchas eran comunmente referidos como «aplauso».
Era una época en la que aún no se habían inventado las técnicas investigación de audiencia, y aún anterior a la trasmisión de avisos comerciales.
A los artistas, raramente de les pagaba un cachet por su actuación al aire, y ni ellos ni la misma emisora, tenían noción de si alguien les escuchaba.

Eddie Cantor, Eddie Cantor (31 de enero de 1892 – 10 de octubre de 1964) fue un actor, comediante, cantante y compositor estadounidense. Familiar al público de Broadway, de la radio y de las primeras emisiones televisivas. (Wikipedia) (Foto)
En EE.UU., en 1922, tal falta de certeza hizo que el comediante Eddie Cantor, saliendo al aire un día, se le ocurriese pedir a todos quienes pudieran estar eventualmente a la escucha, que al menos le remitieran una monedita, algo así como «¡un cobre por caridad, aunque sea! «.
¡Su sorpresa fue mayúscula, por la lluvia de monedas que recibió!
Esto condujo a la creación de la denominada «Tarjeta de Aplauso», en inglés «Applause Card», que consistía en una tarjeta postal con renglones para llenar, que el escucha podía enviar a la estación o al artista; expresando, de esta manera, su aprecio por la trasmisión escuchada. Era esto, una especie de tarjeta QSL «a la inversa». O sea, en vez de que la estación radio difusora se dirigiera al oyente confirmando su reporte de escucha, en una vía inversa se trataba de una tarjeta del y desde el oyente hacia la emisora o al artista favorito de esa audición en particular, o de programas escuchados.
La mayor parte de las Tarjetas de Aplauso eran impresas y se distribuían a través de las empresas de radiodifusión, y también se suministraban gratuitamente con la adquisición de aparatos de radio de alguna marca y de otras firmas comerciales, pero algunos radioescuchas diseñaban las suyas propias.
El inventor de la Applause Card, según un aviso publicado en una revista norteamericana de 1924, fue Percy W. Andrews, quien trabajaba en ese entonces en la compañía Dictograph Products Corporation en Nueva York, como gerente del departamento de Radio.
La idea se le ocurrió durante un viaje que hizo en ferrocarril. Pensó en un momento en lo excelente que había sido un programa que había escuchado en la radio. Y se dijo a sí mismo, «cómo es posible que no se me ocurrió alguna manera escribirles, aunque fuese unas líneas, de gratitud en una tarjeta postal». Y así, inventó las Tarjetas de Aplauso!.
Existieron también formulas para ser trasmitidas por telegrama. Y algunas incluían un receptáculo para ubicar allí una moneda que permitía a la tarjeta ser retornada al oyente como comprobación efectiva de la escucha, al estar firmada y sellada por la emisora en cuestión.
Un tipo de confirmación parecido y que también generó un momento de gran popularidad en cierto momento de la historia de la radiodifusión en América del Norte fue el caso de las llamadas estampillas «Ekko» y similares.
Una «Tarjeta de Aplauso» en el Río de la Plata, uruguaya.
Hace ya unos años apareció en Uruguay, como ítem coleccionable, una «Tarjeta de Aplauso», fechada en 1926. Se trata del único ejemplar conocido hasta la fecha.
La tarjeta postal muestra a los integrantes de una familia escuchando conciertos, discursos y música de baile; se muestra un tubo Radiotron UX 201A, y abajo hacia la derecha hay un logotipo de RCA.
El título debajo de la imagen es «RADIOTRON-EL ALMA DE LA RADIO».
Es una tarjeta impresa en Buenos Aires, Argentina, por General Electric, y entregada como regalo u obsequio. No fue circulada via correo postal.
El texto preimpreso en el reverso dice: «Un miembro de su invisible auditorio le envía un caluroso aplauso por su actuación de… transmitida por medio de la Estación… el día… a las… horas».
Esta tarjeta, en particular, fue enviada a una estación de radioaficionado, 2AD, perteneciente a Héctor Rodríguez Subios, por una persona anónima, o al menos conocida sólo por el destinatario, utilizando el nombre de «Fel & Ciano [dos hermanos] Viera.»
Hay que señalar que Feliciano Viera fue un político de la época, que aparece aquí como «Candidato». La intérprete alude a una tal Tina Martínez Hernández, sin más señas.
Sin embargo, parece extraño que fuera transmitida por otra emisora de radioaficionados. La 1AD (indicativo de radioaficionado perteneció a A. Marroche Peronie, según una Guía de Radio [Ham] de 1927 de la que se conserva copia).
Tal vez fuera una broma entre ellos. Pero la pieza muestra que las «tarjetas de aplauso» eran de cierto uso común aquí, en el Río de la Plata y por cierto de uso extendido en donde se originó, Estados Unidos, de las que regularmente aparecen ejemplares en eBay. Y que los patrocinadores de aquella época, eran los mismos: determinados fabricantes y distribuidores de aparatos y accesorios de radio.
Más…
- 1920s Radio Applause Cards, por Michael Banks en Nuts & Volts, Everything for Electronics.
Fuentes consultadas:
- Applause Card, Horacio Nigro Geolkiewsky, Uruguay en «On The Shortwaves», EE.UU.
- Jerry S. Berg, EE.UU., «Número Uno», del 29 de enero de 1997. (Traducido y editado, archivo Horacio Nigro Geolkiewsky/LGdS).
Me gustan mucho tus reseñas referidas a la historia de la radio.