«Vida en Marte: ¿por qué no respondieron a nuestros telegramas?». (The Telegraph, 2016).

Mensaje a Marte: ¿los habitantes del Planeta Rojo ignoraron nuestros telegramas? Crédito: Getty Image, incluida en el artículo original.

La historia de la telefonía incluye un extraño episodio que parece arrinconar los últimos estertores del Imperio Británico y revelar los primeros resplandores de Gran Bretaña como un gigante de las comunicaciones.

El 27 de octubre de 1926, un tal doctor Mansfield Robinson entró a una oficina de correos de Londres con el propósito de enviar un telegrama dirigido a Marte: el planeta, no el confitero¹. Con una ceja levantada, el tipo detrás de la mostrador estuvo, por cierto, obligado a cumplir con su trabajo.

El mensaje fue emitido al planeta rojo desde Londres a través de la estación trasmisora de radio de Rugby, en una longitud de onda de 18.750m. No hubo respuestas, ninguna respuesta. Otro telegrama fue enviado dos años más tarde. Una vez más, no se obtuvo respuesta. ¡Huh, marcianos! ¿Quiénes se piensan que son? ¿Quiénes piensan Uds. que somos?.

Marte estaba en ese momento a más de 67 millones de kilómetros de distancia de la Tierra (42 millones de millas). El primero de los dos mensajes fue enviado a una tarifa de vaporde larga distancia, cobrándose por palabra un chelín y seis peniques – el equivalente a unas 4 libras esterlinas de la actualidad, – con «recepción no garantizada». Un aparato receptor de 14 válvulas, ubicado en el centro de Londres estuvo preparado para recibir una respuesta, pero recibió en su lugar más código Morse, que al mismo Marte.

Sin embargo, todos mantuvieron prudencia e indulgencia con este no-acontecimiento interplanetario. Muy agudamente señalaron que era probable que surgieran ciertas dificultades al comunicarse con los marcianos.

«Existe, por ejemplo, la extrema probabilidad de que el idioma inglés no les sea familiar», dijo un informe en ese momento. O que no estaban familiarizados con el código Morse.

Incluso se sugirió que los marcianos no respondieron porque el mensaje no había incluido las palabras «respuesta pagada».

El motivo real detrás de esta misiva marciana era, sin embargo,  promover la emisora trasmisora de radio de Rugby, en ese entonces la más poderosa del mundo. Sin nada más, demostró, al menos, que sí había vida en Rugby, si no también en Marte.


¹ En inglés, la palabra para Marte es Mars, que es también nombre para una conocida marca mundial de confites.

Fuente:

«Life on Mars: why didn’t they reply to our telegrams?», en Technology, Connecting Britain, de The Telegraph,  Londres, Inglaterra, noviembre 4 de 2016. Traducido y adaptado por Horacio Nigro Geolkiewsky/LGdS.

 

 

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Una respuesta a «Vida en Marte: ¿por qué no respondieron a nuestros telegramas?». (The Telegraph, 2016).

  1. Tesla, el genio de la Corriente Alterna, decía que cada tanto se contactaba -en Morse- con Marte. Marconi también contó algo parecido, pero no lo hizo público para no perder su prestigio.
    A inicios del Siglo XX, se hablaba de los «Canales» de Marte, descubiertos por el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli, quien vio unas supuestas vías de agua en el planeta rojo y por ende la posibilidad de vida inteligente. Todos concordaban y hasta se publicaron mapas de esos canales; hasta que alguien se sinceró y dijo que nunca había visto un canal en Marte.
    El millonario Percival Lowell, adquirió un campo en el desierto de Arizona y el mejor telescopio -alemán- que se fabricaba entonces, con el objeto de estudiar a Marte. Como era un hombre ocupado, contrató al astrónomo aficionado Clide Tombaugh para que disfrutara del observatorio y este descubrió Plutón, que lleva ese nombre en honor a su jefe Percival Lowell, al que inmortalizó con sus iniciales, al inicio del nombre.
    En ese entonces, la sociedad Solvay hacía encuentros de científicos en Copenhague. En una foto de 28 científicos de entonces; 24 terminaron recibiendo un Premio Nobel (Salvo Marie Curie, la única mujer del grupo, que recibió dos).
    Casi medio siglo después del primer alunizaje, se le quitó la atención la La Luna, donde ya deberían de haber colonias humanas, que harían el viaje a Marte muho más factible. Pero ahora Marte recuperó su interés y ya nos preparamos para conquistarlo. Espero vivir lo suficiente.
    LU1AR

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