Hoy y desde hace un tiempo, Marte ha dejado de ser lo que parte de la Humanidad pensó por décadas: que el vecino planeta rojo era el hogar de seres verdes con antenitas: los marcianos.
Sondas y vehículos espaciales están recorriendo el suelo de el planeta. Y, aunque la búsqueda persiste, las observaciones científicas han demostrado que hay rocas que dejaron de estar mojadas hace millones de años, cuando perdió el agua que pudo fluir en su superficie.
La posibilidad de vida en Marte es un tema que ha recibido un particular interés no solo de parte de la comunidad científica sino también por el público en general debido a su similitud y proximidad con la Tierra. Hasta la fecha aún no se ha podido encontrar evidencia definitiva que confirme la existencia presente o pasada de vida en Marte. Aun así, se posee evidencia acumulativa que favorece la posibilidad de que Marte, en un pasado, haya albergado agua y que esta haya sido óptima para poder sostener vida. Sin embargo, la existencia de condiciones habitables no indica necesariamente la existencia de vida. Por ello, aunque el consenso general de la comunidad científica descarta la posibilidad de vida presente en Marte, persisten algunas dudas sobre si alguna vez existió vida en este planeta cuando su atmósfera era más densa y el agua existía en abundancia sobre su superficie.¹

El primer dibujo de Marte, realizado por Francesco Fontana en 1608.
En 1784, William Herschel, un famoso astrónomo británico, escribió que unas zonas oscuras en Marte eran océanos y las áreas más claras eran tierra. Especuló que Marte estaba habitado por seres inteligentes, quienes “probablemente se encuentran en una situación similar a la nuestra”. La teoría de Herschel perduró por un siglo, con otros astrónomos afirmando que incluso se podía observar vegetación en las regiones más claras que se pensaba que eran tierra.
Afortunadamente para Herschel, sus otras contribuciones a la astronomía -que le valieron el honor de que dos poderosos observatorios llevaran su nombre- fueron lo bastante grandes como para mantener sus teorías marcianas en el fondo de su biografía.
En setiembre de 1877, el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli publicó el primer mapa detallado de Marte. Estos mapas contenían características que él denominó canali («canales»), que más tarde se demostró eran únicamente ilusiones ópticas. Se supuso que estos canali eran líneas largas y delgadas en la superficie de Marte, a las que él dio nombres de ríos famosos de la Tierra. Siguiendo estas observaciones, se sostuvo durante largo tiempo la creencia de que Marte contenía vastos mares y vegetación.
Los canali que Schiaparelli describió fue una palabra errónamente traducida al inglés como «canals», término que implica algo creado en forma artificial y que por lo tanto, que «estos canales habían sido construidos por civilizaciones marcianas para drenar agua de los casquetes polares y enviarla hacia las sedientas ciudades».
Este concepto erróneo fue popularizado por un astrónomo llamado Percival Lowell, quien en 1895 presentó dibujos de los canales en un libro, titulado “Marte”, y defendió su teoría completa en un segundo libro, “Marte como la Morada de Vida”, en 1908.
Este error fue alimentado aún más, dicen los historiadores, por la emoción de la construcción del canal de Suez terminado en 1869, una maravilla de la ingeniería de la época.

Los canales marcianos representados por Percival Lowell. (Fuente)
Todo se conjugaba para hilar la trama de la historia de que esos canales eran obras de ingeniería de supuestos habitantes y civilización.
Y, claro, cómo no iban a aparecer ideas de cómo intentar una comunicación con aquellos habitantes lejanos, (pero no tan lejanos).
En 1900: «El proyecto de comunicación del planeta Marte con la Tierra […] vuelve a ser tema de un interesante trabajo, en que pone su ingenio y su talento […] M. Mercier. Este sabio afirma también que dicho planeta está habitado por seres con una inteligencia parecida a la nuestra […].
El sistema de comunicación que propone es el mismo que el de Flammarión: construir grandes triángulos luminosos que puedan ver los habitantes de Marte». Esta noticia en primera página, un par de años después de que H. G. Wells publicase La Guerra de los Mundos, refleja el pensamiento de la época respecto al planeta rojo. ³

«Un mensaje de radio proveniente de Marte que se proyecta frente de un gran grupo de científicos y políticos». Ilustración que aparece en «La Fin du Monde» (“El Fin del Mundo”), de Camille Flammarion,una novela de ciencia ficción del Siglo XIX, sobre un cometa que choca con la Tierra, y que conduce a la muerte gradual de nuestro planeta.
Desde hacía tiempo, venía insistiéndose en que los marcianos trataban de comunicarse. «Falta corresponder al cortés saludo que nos dirigen nuestros semejantes del infinito. Pero ¿de qué manera?», decía una nota de 1896. El asunto era importante.
Una rica dama dejó en su testamento «una manda de 100.000 francos a la sección de ciencias del Instituto de Francia», como premio a quien descubriese «el medio de comunicación entre la Tierra y cualquiera de los astros».

El Isleño, Palma de Mallorca, Is. Baleares, España, Año XXXV Número 11336 – 1891, julio 20. (Fuente)
Al parecer, la mujer «en los últimos días de su vida empleó el tiempo leyendo las producciones […] del astrónomo eminente Camilo Flammarión, en las cuales describe de un modo magistral la manera de ser y las condiciones del planeta». Tales condiciones eran, en resumen, estas: «La vida allí debe parecerse en todo a la nuestra».²

Nicolas Camille Flammarion (1842-1925). Foto Wikipedia.
En su libro «Los otros Mundos», Camille de Flammarion ya asumía que había vida en Marte.
Antes de las supuestas comunicaciones con el planeta Marte, los periódicos de la época también hablaban de otro Marte diferente al que conocemos ahora.
La vegetación, las palmeras y los pinos están claramente vistos. En el distante horizonte se ven algunos rayos de una puesta de sol.
En completa analogía con lo que vemos aquí en la Tierra, cuando Venus es visible en las puestas de Sol, para los marcianos la Tierra debe ser visible durante algunas puestas de Sol».
El siguiente extracto del libro hace referencia a esa figura:
Entre los mejores y más interesantes fenómenos celestiales admirados por los marcianos, en ciertas épocas del año, —puede ser en la noche cuando se han lanzado en sus llameantes camas, ya sea en la mañana, un poco antes de la aurora— es una estrella de primera magnitud, nunca lejos del del orbe del día, que representa para ellos lo mismo que Venus para nosotros. Esta orbe espléndida, que sin duda ha recibido los nombres más halagadores para los que las contemplan, esta estrella de radiante azul verdoso, cruza en el espacio acompañada de un pequeño satélite, destellante cual espléndido diamante, después de la puesta del Sol, en los calientes cielos de Marte. Este orbe suprema es la Tierra, y la pequeña estrella que la acompaña es su Luna…
y agrega:
La multiplicidad de los mundos es, sin duda poblado por todas las formas imaginables e inimaginables. El hombre terrestre está dotado de cinco sentidos, o quizá sea mejor decir seis. ¿Por qué va la Naturaleza detenerse en este punto? ¿Por qué, por ejemplo, no se han dado a ciertos seres un sentido eléctrico, un sentido magnético, un sentido de orientación, un órgano capaz de percibir las vibraciones etéreas del infrarrojo o ultravioleta, o les permitió escuchar en a distancia, o ver a través de las paredes? 4
El popular astrónomo Camilo Flammarion en 1882, ya aparecía en los periódicos de España, con sus hipótesis de una supuesta comunicación con Marte a través de telescopios, con grandes figuras geométricas iluminadas con fuego desde la Tierra. Flammarion pensaba que los habitantes de Marte tenían una civilización muy avanzada, como le hacían pensar los supuestos canales de Marte. Creía que ellos tendrían instrumentos muy perfeccionados con los que verían las señales de la tierra y luego responderían.
No solo creía que se podría hacer esto con Marte si no también con la Luna, Venus y Mercurio. 5

«Crónica Meridional», Almería, España, Año XXIII, Nº 6728, agosto 2 de 1882. (Fuente).

«Crónica Meridional», Almería, España, Año XXVI, Nº 7639, 8 de setiembre de 1885. (Fuente).

«El Isleño», Palma de Mallorca, Is. Baleares, España. Año XXXVIII, Nº 12312, octubre 27 de 1894. (Fuente).
La fiebre marciana llego a tales extremos que algunas personas intentaron una comunicación entre dos mundos y los periódicos de la época publicaron la noticia. El dominio de la electricidad, la radio, Tesla, Marconi… tendrán una enorme importancia para comprender este hecho.
En este otro recorte ya se habla de que Nikola Tesla estaba trabajando en el desarrollo de un sistema que le permitiera la comunicación instantánea y simultanea con todas las partes de la Tierra y quizá con algunos planetas mas cercanos. Tesla intentaba la comunicación a través de ondas eléctricas.5

«El Aralar», Pamplona, Navarra, Año III, Nº 648, abril 19 de 1896. (Fuente).
En este otro recorte del periódico «El Atalaya», se habla de la energía libre y sin cables de Nikola Tesla. 5

«El Atalaya», España, Año II Nº 43, setiembre 1 de 1897. (Fuente).
En 1901 empiezan a verse los supuestos resultados de estos intentos de comunicación con el planeta Marte. En el periódico «Crónica Meridional», se publicaba «La Telefonía Interplanetaria». En esta noticia, Tesla afirmaba haber obtenido el éxito deseado con sus experimentos y que el aparato que iba construir, podría telegrafiar sin hilos a cualquier distancia imaginable. 5

«Crónica Meridional», Almería, España, Año XLII , Nº 12558, enero 11 de 1901. (Fuente).
En este otro recorte se dice :
Tesla ha construido en su laboratorio un transmisor receptor por medio del cual se tratará de poner en contacto con el planeta Marte. En general, los sabios americanos se muestran reservados y algunos abiertamente escépticos sobre el asunto. El profesor Brown decía que era totalmente irrealizable y su colega Mr. Shinner que eran el producto de la imaginación de un visionario. 5

«Diario de Córdoba», España. Año LII, Nº 15027, enero 16 de 1901. (Fuente)

«Diario del Comercio», España, Año VII, Nº 1902, 15 de enero de 1901. (Fuente).
En este otro recorte se pueden ver las discusiones de la época: Por un lado, el Sr Robert Ball quien se muestra extremadamente pesimista con la posibilidad de establecer una comunicación directa entre la Tierra y Marte. Por el otro lado Nikola Tesla y Flammarion, quienes se mostraban demasiado optimistas. 5

«El Adelanto», España, Año XVII, Nº 4870, febrero 8 de 1901. (Fuente).
Este otro, nos habla de cómo los astrónomos de América y los de Europa, demostraban marcada incredulidad acerca de los descubrimientos de Tesla. Tesla, por su parte, decía que nadie había experimentado con sus aparatos, por lo que todos los juicios eran meras conjeturas. 5.

«El Guadalete, Año XLVII, Nº 13985, 7 de febrero de 1901. (Fuente).
Y otras voces críticas también:

«Heraldo Alavés», España, Año I, Nº 43, febrero 28 de 1901. (Fuente).
En este otro recorte ya se nos dice que Tesla ha conseguido la comunicación con el Planeta Marte : Un corresponsal de Chicago, telegrafía la sensacional noticia de que Nikola Tesla ha recibido un mensaje del planeta Marte que dice : «Un, dos, tres. De lo cual deduce que los habitantes de Marte cuentan lo mismo que los terrestres». 5

«Heraldo de Zamora», España, Año VII, Nº II, 5 de enero de 1901. (Fuente).
En otro recorte, parece que se hacen eco de la misma noticia de otra forma. 5

«La Correspondencia Alicantina», España, 18 de junio de 1901. (Fuente).

«La Correspondencia de España», enero 4 de 1901. (Fuente).
En 1906, también volvieron a los periódicos noticias similares.
Tan posible parece ahora la comunicación interplanetaria que ya se piensa en la dificultad que podrán tener los habitantes de Marte en aprender nuestro código de señales. En opinión del mismo [Nikola] Tesla, esta dificultad no será muy grande, pues, aunque no hay dos hombres de ciencia que se figuren del mismo modo a estas misteriosas gentes, todos convienen en que deben disfrutar de un intelecto muy superior al nuestro”, indicaba la revista española Alrededor del Mundo el 19 de abril de 1906. La publicación madrileña añadía que el inventor serbio se proponía “emplear una de sus torres de telegrafía sin hilos para enviar mensajes no ya a Marte, sino cien veces más lejos, hasta Neptuno si necesario fuese”. Ya en 1899, Tesla creía haber captado señales procedentes de Marte en su laboratorio de Colorado Springs.
En este otro recorte se habla de unos supuestos mensajes recibidos en una estación de telegrafía sin hilos, en Cape Clear, instalada por Marconi.
El escritor cita como fuente de su noticia al Telegraph.
En esta estación, se recibía todas las noches, de doce a una, un enigmático mensaje, un comunicación incomprensible, indescifrable, absurda, compuesta de signos que forman una palabra desconocida, imposible de hallar en ningún idioma terrestre, que no corresponde a ningún idioma humano. Y siempre la misma».
Marconi dijo sobre el asunto:
¡Quién sabe! Quizás podrían ser los habitantes de Marte los que, aprovechando la nueva invención, se dejarían de señales luminosas para utilizar ese rápido y poderoso agente que aquí llamamos electricidad».

«El Adelanto», España, agosto 31 de 1906. (Fuente).
En este otro recorte se habla de una idea de comercio futuro con Marte y de los intentos de Tesla y Marconi de comunicación. 5

«Heraldo de Alcoy», España, 6 de setiembre de 1906. (Fuente).
En este otro se recogen supuestas declaraciones de Marconi:
En caso de que haya marcianos, antes de diez años podremos hablar con ellos».
Marconi creía que las señales propuestas hace unos años, eran inútiles. En su opinión, lo único que daría resultados era el telégrafo.
Tesla, por el contrario, pensaba que se llegaría a comunicar con Marte, antes de lo que decía Marconi. 5

«La Correspondencia de Cádiz», España, 23 de abril de 1906. (Fuente).
Otro curioso recorte de 1907 titulado «Fantasías Marcianas», dice lo siguiente :
Tesla, hizo en cierta ocasión que le construyesen una torre de disposición especial : traslado a ella multitud de cacharros de mil formas y tamaños y se encerró en tan extraño domicilio rompiendo toda comunicación con el mundo, excepto con quien le servía la comida por un ventanillo, como a los prisioneros. Pasaron las semanas y los meses, y como el sabio se olvidaba de todo, hasta de pagar al hombre de buena fe, que había construido la torre, hubo necesidad de forzar la puerta para averiguar lo que allí sucedía.
Entonces Tesla confesó tres cosas : que no tenía un cuarto porque en la reclusión no pudo pagarlos, que el objeto de su torre y de su encierro era entablar relaciones con los habitantes de Marte; y que se había llevado terribles calabazas, porque tales habitantes, caso de existir, se negaban terminantemente a contestarle.
Opinaban los astrónomos que en Marte había vida muy semejante a la de la tierra, mas grande, con muchísimo talento y con más sentido común. Y partiendo de tal supuesto se pensó muy seriamente en establecer comunicación con los marcianos.
Durante las noches de mayor aproximación del planeta Marte, en Portugal, los empleados de las estaciones de telegrafía sin hilo han registrado repetidamente una misteriosa señal de tres puntos. Preguntadas todas las estaciones del mundo, según cuenta la noticia, resultó que ninguna había hecho semejante señal. Finalmente el recorte acaba con una afirmación bastante dogmática: ‘En Marte hay hombres, y hombres que poseen la telegrafía sin hilos'».

«El Noroeste», España, Año XII, Nº 4388, julio 21 de 1907. (Fuente).
En efecto, en 1901, «uno de los auxiliares de M. Pickering, director del observatorio astronómico de Harvard[…], percibió una larga hilera de luces muy vivas, formando una línea recta de muchos centenares de kilómetros de extensión» en el planeta rojo.
Conclusión: «Ha podido suceder que algunos colegas del planeta Marte hayan tratado de ponerse en comunicación con la Tierra por medio de señales luminosas». Se imponía «estudiar el medio de contestar». El doctor Todd, de Boston, hizo una propuesta. «Construiré un globo gigantesco. En él subiré a la mayor altura posible […]. Con aparatos de telegrafía sin hilos, intentaré recoger las ondas eléctricas que emanan de Marte, y estableceré un cambio de señales con los habitantes». Nadie contestó. Todd volvió a intentarlo en 1920. Parece que también sin éxito… ²
Este otro recorte parece repetirse en el tiempo y recuerda a uno anterior (1896, El Aralar Año III Número 648 – 1896 abril 19 ) 5

«El Porvenir», España, 30 de diciembre de 1907. (Fuente).
En este otro recorte se cuenta la historia de la Torre de Tesla, que también contaba el recorte de «Fantasías Marcianas». 5

«La Tarde», España, julio 5 de 1907. (Fuente).

«La Cruz», España, febrero 21 de 1908. (Fuente).
En este recorte se habla de el descubrimiento de unos astrónomos que aseguran haber hallado pruebas de la existencia de vida en el planeta Marte. El informe revelaba que en Marte había hielo polar y muchas indicaciones de la existencia de mares. Estos astrónomos habían supuestamente identificado 131 canales y 14 lagos. 5

«Crónica Meridional», España, abril 2 de 1919. (Fuente)
La música también acompañó la moda de la comunicación marciana. He aquí la composición de 1910, «A Signal From Mars», interpretada por John Lacalle’s Band.
A Trip To Mars – Thomas Edison
Esta película fue producida por Thomas Edison para su Home Kinetoscope en 1910, la primera película de ciencia ficción estadounidense.
En 1918, «Himmelskibet» («Un Viaje a Marte»), se convierte en la primera película cinematográfica de Ciencia Ficción de Dinamarca. De más de una hora de duración, obviamente silente, a los 56 minutos, aparecen escenas de una comunicación por sus «habitantes», con destellos luminosos desde Marte hacia la Tierra.
Las pretendidas «luces desde Marte», no tardarían en aparecer consignadas en la prensa:
En 1921, Guglielmo Marconi, quien perfeccionó un sistema práctico de comunicación en un primer sistema de radiotelegrafía práctico y comercial, afirmó escuchar señales que él pensaba que podían ser marcianas.
Este otro recorte también refiere a los extraños mensajes a Marconi y nos cuenta, que el extraño mensaje ha sido recibido periódicamente en las estaciones de radio telegráficas de Londres y Nueva York, separadas entre si por 5.000 millas, unas comunicaciones inteligibles a la misma hora exacta en segundos. También se apunta a la posibilidad de que existieran habitantes en la Luna. 5

«Crónica Meridional», España, febrero 19 de 1920. (Fuente).
En enero 29 de 1920, el New York Times, publicaba un artículo con opiniones sobre las comunicaciones intntadas por Marconi. Los franceses, como Branly, dudaron de la posibilidad de ue efectivamente hubiera habido comnicación con los «marcianos».
En estos dos recortes, se habla nuevamente de los intentos de comunicación de Nikola Tesla y Marconi. También hablan de una experiencia similar que tuvo Edison. 5

«Diario de Alicante», España, Año XIV, Nº 3835, abril 16 de 1920. (Fuente)

«El Diario Palentino», España, 19 de abril de 1920. (Fuente).
En 1924, en momentos en que Marte se encontraba relativamente cerca de la Tierra, el gobierno estadounidense pidió a todas las estaciones de radio que no emitieran señales para poder escuchar cualquier transmisión marciana.
Estas otras dos noticias son de 1924, En una, se nos dice que los astrónomos de todos los países, por la proximidad del planeta Marte, intentaran averiguar si en el planeta Marte hay vida con los mas potentes telescopiosylas mas poderosas estaciones de telegrafía sin hilos. Se pretendía nada menos que comunicar con los marcianos. En la segunda noticia, todos los astrónomos se convierten en algunos sabios americanos y europeos. 5

«Crónica Meridional», España, julio 17 de 1924. (Fuente).

«Crónica Meridional», España, julio 23 de 1924. (Fuente).
Este otro recorte de 1926 dice que Marte no ha hablado, mas crítico con las supuestas comunicaciones. 5

«Crónica Meridional», España, diciembre 14 de 1926. (Fuente).
Esta otra noticia recoge la historia de la que hablaba el recorte anterior.

«Crónica Meridional», España, 7 de noviembre de 1926. (Fuente).
Esta es una humorada, publicada en «Gutiérrez» (Madrid). (10 de noviembre de 1928).
Marte siguió apareciendo en los periódicos en años posteriores. En esta noticia de 1930 se dice que las supuestas comunicaciones con Marte, podían ser debidas a alguna perturbación natural producida a gran distancia, como una erupción en el Sol, que podría causar alteraciones eléctricas. Por otro lado Marconi reconoce que no hay pruebas para afirmar que las señales vengan de Marte. 5

«Crónica Meridional», España, abril de 1930. (Fuente).
Este último recorte, es una prueba de que las fantasías marcianas no murieron con los intentos fallidos de comunicación. 5

«Crónica Meridional», España. 15 de setiembre de 1934. (Fuente).
Gracia y justicia. 25 de agosto de 1934.
Tesla inventó el Teslascopio, un receptor diseñado por él, con el cual pretendía comunicarse con el espacio exterior.
Yo he diseñado un dispositivo que permitirá al hombre transportar la energía, en grandes canti
dades, de un planeta a otro sin ningún problema de distancia. Creo que nada es más importante que la comunicación interplanetaria, que sin duda ocurrirá un día y, estar seguro de que hay otras formas de vida en el universo como nosotros, produce un efecto mágico sobre la humanidad, la creación de una fraternidad universal que durará tanto tiempo como el hombre viva.» (Tesla at 75». Time (magazine) 18 (3), p.3. 20 de julio de 1931). 5
En 1896, Tesla había dicho en una entrevista:
La posibilidad de enviar señales a los marciano fue la aplicación extrema de principio de propagación de ondas eléctricas. El mismo principio se puede emplear con buenos resultados para la transmisión de noticias a todas partes en latierra… Todas las ciudades en el mundo podrían estar en un circuito inmenso. [Así] un mensaje enviado desde Nueva York podría estar en Inglaterra, África y Australia en un instante. Qué gran cosa sería.» [«Is Tesla to Signal the Stars?». Electrical World (4 de abril): pp. 369. 1896]. 5
Nunca podré olvidar las primeras sensaciones que experimenté cuando se me ocurrió que yo había observado algo, posiblemente de incalculables consecuencias para la humanidad.
Me sentía como el testigo del nacimiento de un nuevo conocimiento o de la revelación de una gran verdad.
Incluso ahora, por ejemplo, puedo recordar claramente el caso. La primera observación que hice claramente me aterrorizó, estando presente en ella algo misterioso, indefinible, sobrenatural.
Yo estaba solo en mi laboratorio por la noche, pero, en ese momento, la idea de que estas interferencias eran señales de control inteligente no me sobrevino desde el principio.
Me di cuenta que el cambio se llevó a cabo con regularidad y con una clara secuencia de números y series, que yo no había escuchado hasta entonces.
Cierto, estaba familiarizado con las interferencias eléctricas generadas por el Sol, la aurora boreal o la corriente terrestre, y yo estaba completamente seguro de que estas variaciones de la señal no se debieron a ninguna de estas causas.
La naturaleza de mis experimentos excluye la posibilidad de que los cambios fueran causados por la interferencia atmosférica.
Transcurrió un breve período hasta que llegó el pensamiento, como relámpago, de que la interferencia observada podía ser causada por seres inteligentes.
A pesar de que no podía descifrar su significado, me era imposible pensar en ello como si hubiera sido completamente accidental.
Constantemente crecía en mí el sentimiento de que yo había sido el primero en escuchar el saludo de un planeta a otro.
Existía un propósito detrás de estas señales eléctricas, y fue con esta convicción que anuncié en la Cruz Roja, cuando se me pidió que indicara uno de los mayores logros de los futuros cien años, que probablemente sería la confirmación y la interpretación de este desafío planetario a nosotros.
Desde que regresé a Nueva York, algunos trabajos urgentes han consumido mi atención, pero nunca he dejado de pensar en los experimentos y las observaciones que hice en Colorado.
Trato por todos los medios de mejorar mi equipo de laboratorio y, en cuando esté listo, voy a continuar mi investigación en el punto en el que tuve que abandonarla por un tiempo.» [Tesla, Nikola (19 febrero de 1901). Collier’s Weekly (ed.):«Talking with the Planets»].
En 1921, Tesla escribió sobre su experiencia, en la que dice que las señales proceden de Marte y en la que excluye y rechaza la hipótesis que en 1901 dijo que las señales recibidas podían provenir de Venus, en lugar del planeta rojo:
Algunos podrían burlarse de esta declaración […] de la comunicación con nuestros vecinos celestes, al igual que Marte […] o podría tomarlo como una broma, pero estaba profundamente convencido a partir del momento en que realicé la primera observación en Colorado Springs […] En ese tiempo no había ningún otro sistema inalámbrico aparte del mío que pudiera causar interferencias capaces de ser percibidas más allá de unas pocas millas. Además, las condiciones para el experimento eran perfectas, y yo estaba muy inspirado en mi trabajo. La naturaleza de la interferencia excluye cualquier posibilidad de registrar señales terrestres y elimina, además, las influencias que el Sol, la Luna o Venus podrían producir. Tal como se anunció entonces, la señal consiste en una repetición de números, y estudios posteriores me han convencido de que se propaga a partir de Marte, el único planeta que en ese momento pasaba cerca de la Tierra.» [Tesla, Nikola (24 de septiembre de 1921). Electrical World. ed. Interplanetary Communication. p. 620]. 5
Las circunstancias :
En 1899, mientras investigaba la electricidad atmosférica, usando un receptor con bobina de Tesla en su laboratorio de Colorado Springs, Tesla observó señales repetitivas sustancialmente diferentes a las que provienen de tormentas o de ruido terrestre, que él interpretó como provenientes de origen extraterrestre. Más tarde, recordó que las señales aparecieron en grupos de uno, dos, tres y cuatro clics juntos. Tesla pensaba que las señales provenían de Marte. El análisis de las investigaciones de Tesla abre un abanico de posibilidades: desde que no detectó nada (sino que simplemente malinterpretó la nueva tecnología con la que estaba trabajando) hasta que pudo haber estado observando las señales naturales de un anillo toroidal de plasma en Júpiter. 5
En resumen, las fantasías marcianas propias de la época jugaron un papel muy importante en este hecho de una posible comunicación con extraterrestres y presuntos marcianos. Los canales de Marte, así como la creencia de que tenía atmósfera y vegetación, hizo pensar a muchos en la posibilidad de la existencia de sus habitantes, también las estaciones de telegrafía sin hilos jugaron su papel. También jugo una enorme importancia la ciencia ficción de la época, como «La Guerra de los Mundos «de H.G. Wells.
No solo los hombres de poca formación creyeron en este hecho, si no que personas como Nikola Tesla, Marconi o Edison, creían en la posible existencia de Marcianos. También científicos y astrónomos creyeron en tales fantasías.
«La Guerra de los Mundos», novela de ciencia ficción escrita por Herbert George Wells y publicada por primera vez en 1898, describe una invasión marciana a la Tierra. Es la primera descripción conocida de una invasión alienígena de la Tierra, y ha tenido una indudable influencia sobre las posteriores y abundantes revisiones de esta misma idea.
De la novela de Wells se harían adaptaciones a diferentes medios: películas, programas de radio, videojuegos, cómics y series de televisión. Nos detendremos en particular en una no tan conocida. La tragedia que causó la dramatización desde una radio en Quito, Ecuador, en 1949, con resultado de 0cho muertos.
En 1924, en el Río de la Plata también la prensa se hacía eco de los rumores de la comunicación con Marte y también fueron tema de sátira política y caricatura.
Las humoradas proliferaron en publicaciones varias, de todo el orbe.

«Van a intentar comunicarse con Marte por radio. Desafiémosles a un partido de béisbol por telégrafo». (Fuente s/d).
Código Morse a Marte, 1921.
No faltaron propuestas descabelladas, como la que se propuso el ingeniero eléctrico John B. Flowers, desde las páginas de la revista norteamericana «Illustrated World».
En esta construcción, se instalarían a lo largo de una extensa planicie, rollos de planchas de tela del tamaño de una yarda, extendidos, separados doscientos pies uno del otro, y a una cierta altura del suelo, sostenidos por estructuras de madera, accionados por sendos motores, cada uno.
Una porción de la tela, de 200 pies de ancho, siendo de color blanco y otra, unida como banda a la otra y de igual tamaño, de color negro. Con la acción del motor, se enrollaría y desenrollaría la porción blanca, reflejando así la luz solar, y con otro movimiento de motor, se dejaría a la vista la banda oscura.
Un operario, cada una milla controlaría el funcionamiento. También se proponía, usar un sólo motor conectado por caños interconectados.
Así, se conformaría un sistema de señalización, donde la luz y la oscuridad, alternadas, aprovechando la luz solar sobre la extensión, se podrían usar como código de mensajes inteligentes. Y aunque los marcianos no entendieran el Morse, sostenía el autor, que producir series regulares de luces, alternadas con tiempos de oscuridad, podrían ser observadas por algún potente telescopio que hubieran construido los habitantes del Planeta Rojo. El costo de toda esta estructura se calculó en 21 millones de dólares. Que para 1921, era mayor fortuna que la que puede significar actualmente.
En 19 de mayo de 1922, «El Globo», de Madrid, publica:
En el número del 6 de setiembre de 1924, «El Heraldo de Madrid», publica una extensa nota con una entrevista a Marconi. También habla aquí sobre las «posibilidades de la comunicación con Marte». Cliquée en la imagen para abrir el recorte en una nueva ventana de su navegador.

La Exposición Internacional de Barcelona de 1929 se convirtió en el motor de modernización de la ciudad y, al mismo tiempo, en una herramienta de propaganda con la que se buscó la difusión de una nueva imagen de progreso y modernidad. (Fuente)
En 1933, ya existían posiciones filosóficas, denostando la tendencia humana a equiparar la inteligencia y forma de vida en la tierra, incluyendo la humana con presuntas manifestaciones de vida extraterrestres. La Gran Logia Masónica de España, a través de su publicación «Boletín del Grande Oriente Español», de noviembre de 1933, expresaba:
Durante años, las comunicaciones fallidas fueron un no parar. Fue en 1938 cuando a otro Welles (Orson) se le ocurrió hacer realidad el contacto con los marcianos.
En la investigación realizada por Antonio Checa Godoy, en la Universidad de Sevilla, «El miedo a Marte y la radio», se lee:
La década de los años treinta es la de los temores. En Norteamérica es la de la ga huella de la crisis del 29. Su cine se llena de monstruos –de King Kong a Frankenstein-, y de protagonistas mefistofélicos, sea Fu-Manchú, sea El hombre Invisible. Y no faltan los héroes interplanetarios, como Flash Gordon. Precisamente en el mismo año del programa de Orson Welles, Ford Beebe (1888-1978) y Robert F. Hill (1886-1966), aquel destacado guionista y éste pródigo director desde tiempos del mudo, dirigen Flash Gordon trip to Mars, que se estrena en marzo y cuyo éxito lleva a una rápida segunda película con los mismos realizadores, Mars attacks the world, que se estrena el 7 de noviembre, apenas una semana después del programa de Welles y aprovechando su impacto. En ambas películas el héroe ha de defender a la Tierra de los aviesos marcianos. EE UU tiene visiblemente la obsesión por Marte y contagia el resto del mundo.
La radio
Es explicable que en ese panorama, al que contribuye igualmente de forma notable el mundo del cómic, tan lleno de héroes galácticos, la irrupción de un nuevo medio como la radio supusiese a corto plazo la ampliación del mundo de la ciencia ficción, pero también de esos miedos. En cuanto la radio madura asoman en ella los seriales, las radio-novelas, con sus héroes, entre los que no van a faltar, entre enmascarados y malvados orientales, los héroes y antihéroes de ciencia ficción, de las guerras cósmicas.
Antes de Orson Welles, la radio ya se había sentido tentada por el terror y los pánicos colectivos. Hay episodios tempranos sumamente significativos. En 1924 un concurso de relatos radiofónicos organizado por el diario parisino L’impartial français, premia la pieza Maremoto, de Gabriel Germinet, que pronto será uno de los mejores guionistas de la radio francesa, va a ser emitida el 23 de octubre de ese año por radio
París, pero el ministerio de Marina francés, que teme pánico popular, prohibe en el último momento la emisión de la obra. Al año siguiente -25 de febrero de 1925- es difundida por la BBC, y lo será también en Alemania, sin mayores problemas, y sólo
bastantes años después, en 1937, se decidirá a emitirla Radio París, cuando ya la dirige Germinet
Los años treinta del pasado siglo XX aportan por demás un claro acercamiento de literatura y radio, que se mantendrá durante dos décadas más. La BBC es especialmente rica en experiencias en este ámbito.El propio H. G. Wells, animado por Hilda Matheson, colaborará intensamente desde 1929 y hasta 1943, ya con avanzada edad y cercana su muerte, para la BBC; realiza guiones y luego tiene programas en donde expone sus ideas. Entre 1930 y 1950, la BBC puso en las ondas del orden de las 40 obras de Wells. Algunos de esos programas, llegaron, vía onda corta, hasta EE UU. Cuando en 1938 Orson Welles (1915-1985) se decide a llevar a la radio la obra de Wells lo hace, como puede verse, en un contexto muy peculiar. En los EE UU, la radio llega ya a públicos masivos. Hay receptor en 27,5 millones de hogares norteamericanos, el 85%, y el programa, en cadena, lo oirán no menos de seis millones de personas. Es además un medio convincente, que ha conseguido calidad y madurez narrativa y se ha convertido en el gran compañero de fatigas de la sociedad. (Fuente).
Retransmitió por radio «La Guerra de los Mundos», cambiando los topónimos de la novela por los nombres de ciudades norteamericanas. El resultado fue que «cientos de miles de radioyentes, presa de histeria colectiva, temieron que había llegado el fin del mundo […]. Enloquecidos de terror, salieron a la calle, abandonando sus hogares, las iglesias y los cines». ³
La Guerra de los Mundos en Chile.
En la noche del 12 de noviembre de 1944, a través de la red de emisoras La Cooperativa Vitalicia, desde el centro de Santiago de Chile (CB-76), se irradió la versión local del radioteatro «The war of the worlds«, el cual fue anunciado por el periódico capitalino El Mercurio, a través de este anuncio pagado, siendo publicado en dicha mañana, en la página 13.

Fuente: «Cuando Chile era Radio».
En el caso chileno, el mérito de la adaptación al castellano correspondió a Raúl Zenteno como guionista, Renato Deformes como director artístico de la emisora, Waldemar Christensen como sonidista, Raúl Lara como radiocontrolador, «Teatro del Aire Mejoral» y «Triunfos del dial» como compañías de actores, al igual que locutores destacados como Andrés Moreno.
Se cuenta la anécdota acerca de este episodio, en la que un vecino le gritaba a su mujer que sacara los ahorros que estaban debajo del colchón. Así todo el vecindario se enteró dónde guardaba la plata la familia!
Contemporáneamente, Ernesto Hormazábal Cádiz, reconstruyó este clásico del radioteatro chileno, mediante una creativa tesis de licenciatura en la Universidad de Chile, presentada en septiembre de 1997. (Fuente: Dr. Ricardo Paredes Quintana, «Cuando Chile era Radio»).
La Guerra de los Mundos, al estilo ecuatoriano
Quizá menos conocida que la de Orson Welles, haya sido la trasmisión similar que se hizo en Ecuador, siguiendo el ejemplo norteamericano.
Radio Quito había alcanzado, ya en 1949, un sitio de prestigio que no lograra ninguna otra emisora ecuatoriana. La emisora había iniciado sus labores en 1940, en los 1360 kHz en onda media y 5970 kHz en onda corta. Lo que colocaba a Radio Quito, “La Voz de la Capital”, en una clase aparte eran sus noticieros, sus presentaciones musicales en vivo y, sobre todo, su popular elenco de radioteatro.
Paradójicamente, sería una radionovela la que trágicamente terminó con las transmisiones de la popular emisora por espacio de dos años.
Ocurrió en la noche del sábado 12 de febrero de 1949 cuando se transmitía una adaptación criolla de la novela “La Guerra de los Mundos” del escritor inglés H. G. Wells, la misma que 11 años antes produjera pánico en extensas regiones del este de Estados Unidos.
Concebida once años después, el 12 de febrero de 1949 y lejos de un día de inocentes, el director ecuatoriano Leonardo Páez y el actor radioteatral chileno Eduardo Alcáraz, la emisión causó una verdadera agitación popular en Quito, una ciudad esencialmente tranquila.
Al sentirse burlados, varios oyentes se desahogaron contra el edificio en donde funcionaba la emisora y el periódico El Comercio. Primero fueron piedras y ladrillos. Luego alguien prendió fuego al edificio situado en el centro de la capital, apenas a una cuadra del edificio de correos. Las grasas y aceites de la imprenta del periódico, al igual que el papel allí almacenado, permitieron que la conflagración fuera rápida y total.
El argumento de la novela de Wells narra el inesperado descenso a la tierra de una máquina celeste procedente de Marte. Muchos quiteños no conocían la obra de Wells, pero sí reinaba un clima propenso a su presentación, pues en la prensa local “coincidentemente” se hablaba en esos días de avistamientos de platillos voladores en las montañas cerca a la ciudad de Pasto, en Colombia.
Si el objetivo era sorprender a la audiencia, ello se consiguió con creces. Muy pocos estaban al tanto de lo que los actores del radioteatro tenían planeado. Los populares cantantes Benítez y Valencia también se sorprendieron. Después de su primera canción en vivo, el locutor los interrumpió para informar que ya se había visto un objeto volador sobre las Islas Galápagos. Y no terminaron de cantar la tercera canción cuando el locutor informaba que un platillo volador había descendido en las afueras de Quito, en el barrio de Cotocollao.
“Interrumpimos este programa porque tenemos que informarles a ustedes que cerca de Cotocollao ha descendido una nave interplanetaria que se supone es de Marte. Lanzan unos rayos que destruyen todo a su paso. Continuamos informándoles…”
“Las increíbles noticias que estamos suministrando provienen de calificadas agencias internacionales y los servicios regulares del diario capitalino El Comercio. Importante: los boletines informativos que están escuchando, señoras y señores, tienen el patrocinio exclusivo de Orangine, el insuperable refresco de naranja”
Allí empezaba la dramatización. Hablando a través de un vaso para distorsionar la voz, los actores seguían informando sobre la visita de los extraterrestres. Podían escucharse órdenes impartidas a destacamentos de las Fuerzas Armadas para que atacaran a los supuestos invasores. También se escuchaban supuestas llamadas de Radio Continental, de Ambato; Radio La Voz de Tomebamba, de Cuenca; Radio Cenit, de Guayaquil y otras emisoras. Todas advertían del peligro que se cernía sobre la república, pues se decía que había una nube de gases asfixiantes que se acercaba a la capital desde el sur, en donde ya estaba en problemas la ciudad de Latacunga.
El punto culminante fue cómo se desvaneció el reportero que narraba los acontecimientos desde Cotocollao, tocado por un arma letal marciana nunca antes vista en la Tierra y cómo sobrevivieron dos personas. Un astrónomo conocido de la época y un sobreviviente de entre los escombros.
En los hogares del Quito de entonces, la gente que no había escuchado que se trataba de una obra de ficción, por ende, empezó a creer literalmente lo que le informaba la radio.
Inclusive el gobierno, pues un gobernador ordenó a sus tropas el estar preparados para la invasión marciana. Como consecuencia de esto, se produce un caos y un ataque de pánico por el que la gente luchaba por su vida, se dirigieron hacia las iglesias a pedir misericordia, y se convertían en testigos del fin del mundo. Pese a que el locutor advierte una vez más que se trata de una dramatización que nada tiene que ver con la realidad, lo único que desean es escapar.
Pero la obra no terminó de irradiarse porque la marea humana no permitió que continuara. Sólo se alcanzaron a transmitir unos 20 minutos antes que una masa enfervorizada encendiera el edificio donde funcionaba la radio.
Cuando se confirmó que efectivamente nada era realidad, una turba fue a las instalaciones de Radio Quito ubicadas en las calles Chile y Benalcázar., mismas del Diario El Comercio y Últimas Noticias a pedir explicaciones, pero se les cerró las puertas. En vista de la negativa, la gente que se sintió engañada se amotinó frente al edificio para incendiar tanto el inmueble como quienes trasmitieron el espacio, especialmente a Páez.

Incendio del edificio de El Comercio por efecto del impacto de la transmisión del programa “La Guerra de los Mundos” (1949)
La policía, al no divisar extraterrestre alguno en las afueras de Quito, y viendo que se trataba de una burla, se desentendió del problema. No se prestó ningún auxilio a los artistas, periodistas y demás trabajadores que intentaron ponerse a salvo, saltando del techo del edificio a otro colindante. Los daños se calcularon en 8 millones de sucres, muy por encima de los 2,5 millones que era el valor asegurado de los bienes. Cinco personas perecieron calcinadas en las llamas.
Los trabajadores de los respectivos diarios así como los locutores y equipo técnico de la radio, quienes desconocían el pánico del que la ciudad era víctima, tuvieron que dejar sus actividades, pidieron auxilio e intentaron escapar. Tres horas más tarde y debido a una llamada falsa en la que informaban que en la Oficina de Correos (ubicada al frente del edificio de El Comercio) había dinamita, los bomberos y la policía –que en un inicio se desentendieron del problema- pudieron ingresar en medio de la turba y calmar a la colectividad. Como resultado, este programa causó ocho personas muertas (de entre manifestantes, trabajadores y policía), decenas de heridos, la decisión gubernamental de cerrar la estación de radio por dos años, una decisión gubernamental en la que
“Con el fin de evitar que, en lo sucesivo, se produzcan imprudentes radioemisiones que pudieran ser origen de fatales acontecimientos, se nos ha dado a conocer que el Sr. ministro de Defensa encargado del despacho de Gobierno propondrá, en la sesión del Consejo de Gabinete que se celebrará hoy, que se dicten reglamentaciones adecuadas a fin de poder revisar oportunamente los programas radiales que se presenten, mediante la creación del cargo de inspector artístico y cultural de radiodifusión, quien tendrá la obligación de leer previamente los libretos de obras teatrales que vayan a ser radiados”.
Por otro lado, Alcáraz se fue a México y Paéz, luego de haber sido escondido en Ibarra, trabajó tiempo después para radio Democracia.
Radio Quito estuvo fuera del aire durante dos años. Hasta el 30 de abril de 1951 no se reanudó su transmisión. En la actualidad, Radio Quito sigue siendo una de las principales emisoras ecuatorianas. Ahora transmite en los 760 kHz de onda media, con 25 kW de potencía; y en los 4920 kHz en onda corta, con 5 kW de potencia que le permiten una cobertura global del planeta. (6)
Hiram Percy Maxim (EE.UU. 1869-1936), el pionero de la radio y cofundador (con Clarence D. Tuska) de la American Radio Relay League (ARRL), escribió y presentó conferencias en temas científicos, particularmente astronomía. Tuvo gran interés en Marte y construyó un globo con todas las marcas conocidas hasta ese momento en ese planeta.

Hiram Percy Maxim, foto publicada en QST, publicación mensual de la ARRL (American Radio Relay League), abril de 1936. (Archivo Horacio Nigro Geolkiewsky/LGdS).
Los radioaficionados, también tuvieron participación en las comunicaciones marcianas. Esta vez, en la recepción de las señales del Mars Reconaissance Orbiter.
Esta es una tarjeta QSL, confirmatoria de recepción de señales de la nave espacial, del 22 de setiembre de 2005, en 437,1 MHz, recibida por «Rob», de la estación amateur PE1ETR, de Holanda.

Crédito de la imagen: NASA / JPL / University of Arizona. Leyenda: HiRISE Targeting Specialists. (Fuente).
Esta imagen de dunas oscuras en Marte fue tomada el 6 de febrero de 2016, a las 15:16 hora local de Marte, por la cámara HiRISE (High Resolution Imaging Science Experiment) del Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA.
Estas dunas están influenciadas por la topografía local. La forma y orientación de las dunas generalmente nos puede informar acerca de la dirección del viento, pero en esta imagen las formas de dunas son muy complejas, por lo que es difícil conocer esa dirección. Sin embargo, una depresión circular (probablemente un cráter de impacto viejo y vacio) ha limitado la cantidad de arena disponible para la formación de dunas y ha influido en los vientos locales.
Como resultado, las dunas aquí forman distintos puntos y rayas, como en un texto en código Morse. Las rayas son dunas lineales formadas por vientos bidireccionales, paralelos o perpendiculares a la duna. Los puntos, dunas más pequeñas (llamadas «dunas barchanoides»), se producen cuando hay alguna interrupción en este proceso de formación de dunas con el viento, que no se entiende bien en la actualidad. Esta es una de las motivaciones de HiRISE para obtener y publicar una fotografía de esta área.
La Universidad de Arizona, Tucson, opera HiRISE, que fue construida por Ball Aerospace & Technologies Corp., Boulder, Colorado. El Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, una división del Instituto de Tecnología de California en Pasadena, gestiona el Proyecto Mars Reconnaissance Orbiter para la Ciencia de la NASA, Dirección de Misión, Washington. (7)

Este autorretrato de ángulo bajo del vehículo Curiosity Mars de la NASA muestra el vehículo en el sitio desde el que se extendió para perforar un objetivo de roca llamado «Buckskin» en el Monte Sharp. El selfie combina varias imágenes de componentes tomadas por Mars Hand Lens Imager (MAHLI) de Curiosity el 5 de agosto de 2015, durante el día marciano número 1.065, o sol, del trabajo del rover en Marte. Para la escala, las ruedas del rover tienen 20 pulgadas (50 centímetros) de diámetro y alrededor de 16 pulgadas (40 centímetros) de ancho. Esta vista es una parte de un panorama más amplio disponible en http://photojournal.jpl.nasa.gov/catalog/PIA19807. (Fuente)
Son ya cerca de sesenta satélites, sondas y demás artefactos, que diferentes países han lanzado a Marte desde 1960 para intentar revelarnos sus más intrincados secretos, entre ellos la posibilidad de vida.
El rover «Curiosity» de la NASA realizó su primer paseo de prueba el miércoles 22 de agosto de 2012 y transmitió imágenes de sus logros en forma de huellas en el suelo marciano. Una inspección cuidadosa de las pistas revela un patrón único y repetitivo, que el rover puede usar como referencia visual para conducir con mayor precisión en terrenos áridos. El patrón es el código Morse para JPL, la abreviatura del Jet Propulsion Laboratory, (Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA) en Pasadena, California, donde se diseñó y construyó el rover, y se gestiona la misión. 7
«El propósito del patrón es crear características en el terreno que se pueden usar para medir visualmente la distancia precisa entre las unidades», dijo Matt Heverly, el conductor principal de Rover para Curiosity en JPL.
El llamado Curiosity, , es decir el Laboratorio de Propulsión a Chorro o Jet Propulsión Laboratory – JPL, en las siglas inglesas, ha sido diseñado para que sus ruedas metálicas, a la vez que arañan su superficie en sus desplazamientos, vaya dejando «en Morse» la impronta de sus creadores.
El relieve obligado de las seis ruedas del Curiosity, para una mejor tracción, ha sido diseñado con unas rendijas o ventanitas, de dos dimensiones diferentes, que dejan una huella bien visible en el suelo marciano. Las rodadas imprimen una y otra vez un mensaje gráfico en lenguaje de puntos y rayas, que repite incesantemente las siglas JPL, es decir el laboratorio autor de la «criatura». (8)
Agradecimiento y crédito:
- ¿Comunicaciones con el planeta Marte? – (1891-1934) en Taringa, página de la cual hemos tomado gran parte de los contenidos de esta entrada.
- «Cuando Chile era Radio», Dr. Ricardo Paredes Quintana, Santiago de Chile, Chile.