Uruguay: El «Radio-Luz». Una precursora red social por los cables del alumbrado eléctrico en Paysandú. (1923).

Corría el año 1923, y la radiotelefonía comercial, en Uruguay estaba cumpliendo su primer año de vida.

Ocurrió en  la pujante ciudad de Paysandú, del homónimo departamento del Uruguay, que a la sazón contaba con unos 30.000 habitantes o algo más, siendo la segunda ciudad de la República, segun ellos mismos; y la tercera, como dicen los salteños, sus vecinos del oeste, quienes quieren discutirle tan honroso título.

En el mes de octubre de ese año, 1923, el Señor E. Riano, el corresponsal de la publicación argentina «Revista Telegráfica» en esta ciudad del litoral uruguayo, escribía para sus colegas aficionados a la radio, relatando algunos «pasatiempos» relacionados con la telegrafía  común, la radiotelefonía, la telegrafía inalámbrica, y realizados estos entretenimientos mediante los cables del alumbrado eléctrico:

En esta urbe, pues, muchos aficionados a la ciencia moderna de las telecomunicaciones han tenido la feliz ocurrencia de formar algo asi como una nueva y curiosa empresa telefónica en la que todos hablan y nadie «paga», valiéndose para ello de los cables y líneas de la usina eléctrica local que penetran en todas las casas para el alumbrado. De ahí ha tomado su nombre más o menos apropiado de «Radio-luz».

Usina de luz eléctrica de Paysandú, en 1901. (Biblioteca Nacional del Uruguay, Colección Aníbal Barrios Pintos).

Durante el día las máquinas de la usina no trabajan, siendo, por lo tanto, el momento más favorable para manipular los cables. La distribución de la corriente es continua, trifilar, de 220 voltios. Los dos hilos extremos presentan entre si un potencial de 440.

En muchas casas se han instalado micrófonos y auriculares telefónicos comunes arrancados a viejos aparatos de telefonía alámbrica, con el fin de conversar, especialmente la gente joven, — transmitir música, discos, canto y declamaciones, imitando en algo a los centros de radiotelefonía.

La instalación de micrófonos y de los tubos telefónicos se realiza en una forma muy sencilla, según las figuras 1 y 2.

Para la recepción, figura 1, no se necesita ninguna batería de pilas; se toma una derivación de cualquier punto de la instalación interna a borna del teléfono; y la otra borna del mismo se une a tierra.

Para recibir de noche, que es cuando hay corriente en la línea, se busca por el procedimiento del vaso de agua [¹] el polo negativo del cual se saca la derivación conforme la misma figura 1.

El micrófono se instala según la figura 2. Durante el día, como en el caso anterior, se puede tomar una derivación desde cualquier punto de la línea del alumbrado y se conecta a un extremo del micrófono; el otro extremo al positivo de una batería de tres o más elementos de pilas secas y el negativo de éstas a tierra. Existiendo carga en los hilos se procede según figura 2.

Ambas estaciones, transmisora y receptora, se pueden acoplar conforme al esquema de la figura 3.

En esta singular instalación sumamente sencilla y económica se prescinde de la campanilla de llamada, estableciéndose generalmente la hora en que dos o más interesados quieren comunicarse o divertirse un momento.

Una gran dificultad para entenderse existe cuando muchas personas quieren hablar a un mismo tiempo, pareciéndose entonces la confusión a una olla de grillos, o a una fonda de negros en la que todos hablan a un tiempo y nadie se entiende.

Una nota característica es la de que todos los «abonados» en vez de llamarse por números, lo cual acontece muy pocas veces, lo hacen generalmente por nombres especiales, poéticos los unos, y otros ridículos.

A título de curiosidad, ahí van los nombres de algunas «estaciones: Gloria, Siempreviva, Pollo, Rayo, Mimosa, Pan Casero, Paraíso, Plesiosauro, Harapienta, Amigo, Media Rota, Pimpollo, Renacuajo, Relámpago, Pupila, Cardo Azul, etc., etc.

La utilidad y el atractivo del «Radio-luz» se puede apreciar cuando se transmite algún concierto musical y declamación.

Un señor, excelente y entusiasta radiómano, que posee una buena instalación de radio, coloca su alto parlante delante de uno de esos micrófonos para hacer oir así, por los hilos del alumbrado, a una infinidad de personas en sus domicilios las transmisiones de Radio Cultura de Buenos Aires.

Todos los poseedores de aparatos radiotelefónicos de la localidad pueden oir perfectamente las transmisiones y conversaciones del «Radio-luz», para lo cual es suficiente sacar la manija selectora fuera de los topes; o mejor todavía, colocar un dedo en el enchufe de la grilla de la lámpara detectora, aunque se tengan pasos de amplificación; y se aumenta en mucho la voz de la audición si, a un mismo tiempo, se sostiene entre los dedos cualquier hilo o cable aislado del alumbrado.

Pero, el modo más sencillo para oir perfectamente al «Radio-Luz» es conectar un hilo forrado al cordón de la lámpara eléctrica sin que haya unión metálica y luego unir el otro extremo al enchufe de la grilla a manera de antenela.

Se puede intercalar sobre este conductor un interruptor común para pasar rápidamente de las audiciones radiotelefónicas a las del procedimiento de que estamos hablando.

Varios aficionados de la localidad se valen de la línea del alumbrado para hacer ejercicios de telegrafía inalámbrica. Se conecta un teléfono como en la figura 1 para la recepción; y en vez del micrófono se instala una bobina Rumhkorff, y con óptimo resultado una bobina de auto Ford, intercalando un manipulador.

Débese unir un extremo del primario de la bobina a un cable de la línea del alumbrado y el otro a tierra, por dos conductores, según figura 4.

Los extremos del secundario se dejan libres; o sino se pueden unir mediante un oscilador y hélice a una antena y tierra y transmitir, a un mismo tiempo, por radiograma los ejercicios radiográficos realizados por los conductores del alumbrado eléctrico. En este caso de transmitir los signos Morse por los hilos de la luz, se forma uno la ilusión de que realmente está oyendo una estación inalámbrica.

Y me parece que los resultados prácticos se obtienen mejor así que trabajando con un buzzer a la vista.

Por de pronto, el «Radio-luz» ha ofrecido una gran ventaja a muchos, proporcionándoles la facilidad de familiarizarse con la corriente eléctrica, micrófonos, telefonos y bateria de pilas, a pesar de quemar algun fusible y de experimentar en los dedos alguna sensación no muy agradable.

Y estos «pasatiempos» llevan a uno a adquirir mayor número de conocimientos y por consiguiente al deseo de construirse sus propios receptores radiotelefónicos».

Paysandú, Octubre de 1923                                                E. Riano


[1] Nota de LGdS:  Sumergiendo uno de los bornes en un vaso de agua salada, aparecen pequeñas burbujas sobre el cable enchufado al polo negativo. 

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Una respuesta a Uruguay: El «Radio-Luz». Una precursora red social por los cables del alumbrado eléctrico en Paysandú. (1923).

  1. Gustavo Angelero dijo:

    Que interesante Horacio. Los comentarios de Revista Telegráfica no tienen desperdicio. Recuerdo uno que decía que «falleció sorpresivamente a los 107 años».
    En ese tiempo, existían los contadores de luz? Supongo que no.
    SDS.
    Gustavo

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